Cuando vivía solo, tenía la sensación de vivir cada día. Aunque las sensaciones fueran dolorosas a veces, que lo fueron. Pero con confianza en mí mismo y la evidencia de que yo me tenía a mí mismo y el resto es otra cosa. El límite estaba ahí.
Ahora tengo simplemente, el anhelo de vivir cada día, de experimentar cada día. De algo que tenía y ya no tengo. Y no sé cuándo empiezo yo y termina el resto.
Esto me da sensación de no ser el dueño de mí mismo.
miércoles, 30 de enero de 2008
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