lunes, 28 de junio de 2010

El sueño de la razón produce mostos

Acabo de tener una experiencia onírica que no recuerdo haber tenido antes. Esta vez la frontera entre lo real y lo soñado se diluyó y se entremezclaron los dos mundos.

Estaba yo soñando, precisamente, con mi grupo de formación. En él, además de los habituales, había otros tantos que yo sentía conocer, pero que al recordar sus caras, ahora no sé quienes son. Otros sí, por ejemplo, una de mis primas estaba en el grupo. Y también otra chica con la que mostraba y sentía mucha familiaridad, como si de siempre hubiera estado en el grupo y nos lleváramos bien, pero que no se parece a nadie que recuerde.

Yo estaba contento, incluso mi prima me decía, "oye, si yo no conozco a este Diego", porque estaba alegre y juguetón. No sé a santo de qué, que salgo fuera de la sala (a un pasillo que no es el del centro de formación, más bien parece el de una escuela, incluso los techos eran más altos que la propia sala) y me encuentro entrando un par de sillas - mi prima entra una y yo otra - para un ejercicio. Al entrar en la sala, ocurre que empiezo a ver muy mal, sólo puedo ver una imagen fija, que es como una entrada de sol que refleja sobre una cosa fija, sobre una tela o algo así. Me da la impresión de que es un mareo, me quedo quieto y calmo. Dejo la silla y empiezo a moverme, a girar despacio, pero sigo viendo esa imagen fija. Oigo que de fondo alguien dice en tono jocoso "estoy simulando...", como si estuviera haciendo el payaso. Giro y giro, y la cosa no cambia. Le digo al profesor "mejor salgo fuera y me tumbo a ver si se me pasa". Hasta ahí recuerdo, cuando empiezo a salir por la puerta.

Porque resulta que esa visión que yo tenía, era la que tenía delante en la realidad: estaba yo tumbado en el sofá de mi casa mientras soñaba, con un ojo abierto y otro cerrado, y con el abierto veía un reflejo de luz sobre una tela - un cojín - que tenía delante, que era la imagen fija que veía en el sueño.

Así que por un tiempo, mis ojos se han abierto y se han despertado, aunque esa visión se mezclaba con la propia del sueño (al soñar se mezclaba mi visión en primera persona, y un plano general de la sala, es algo común en mis sueños). Mis ojos funcionaban, y se mezcló una cosa con otra. Sin embargo mi oído seguía plenamente en el sueño, y aunque quería mover mi cuello y mi cuerpo, esa orden no llegó al cuerpo(si no, hubiera visto el mismo trozo de tela pero girado, y no, era ya el mismo siempre, como una foto fija).

Qué cosas tienen los sueños.

¿Tendrá que ver que he dormido poco porque me ha despertado el señor de MRW que me traía mi autoregalo de los libros sobre religión y espiritualidad que comenté el otro día? He empezado a leer El espejismo de Dios (The God delusion) y me he quedado traspuesto... ya ves, el sueño de la razón produce monstruos, o "La fantasía abandonada de la razón produce monstruos imposibles: unida con ella es madre de las artes y origen de las maravillas"

viernes, 25 de junio de 2010

Tertulia literaria espiritual-religiosa

Ya he encargado unos libros en amazon (mi primera vez!) sobre espiritualidad, religiones, etc. Ya que estamos, los he pillado en inglés, porque sale más barato (!).

Principalmente estaba interesado en un libro de Daniel Goleman, Measuring the inmeasurable (midiendo lo inmedible), disponible para leer online aquí. Se ha traducido en español como La espiritualidad a debate. Parece que no es exactamente el mismo contenido - el resumen es el mismo, por lo cual entiendo que es la traducción oficial, pero hay menos material e incluso los nombres de los autores son diferentes. Curioso que esté  disponible en google books, porque vale 25 euros del ala en castellano.

The God delusion (de Richard Dawkins), traducido al español como El espejismo de Dios. Un escrito donde Dawkins hace un análisis muy exhaustivo de la religión, y en concreto de las posiciones teístas, ateístas, agnósticas y demás. Un libro con cuatro años de existencia que se ha convertido en un clásico inmediato, recibiendo críticas exageradas (se le considera prácticamente el anticristo en gran parte de la USA cristiana), incluidos muchos libros que "refutan" este libro, que tienen pinta de ser unos estupendos libros de humor. Copio de la wikipedia:

En el prefacio, Dawkins escribe que El espejismo de Dios contiene cuatro mensajes «aumentadores de conciencia»:
  • Los ateos pueden ser felices, equilibrados, morales e intelectualmente satisfechos.
  • La selección natural y teorías científicas similares son superiores a hipótesis basadas en Dios — como la falacia del diseño inteligente — en lo que se refiere a la explicación del mundo vivo y el cosmos.
  • Los niños no deben ser etiquetados por la religión de sus padres. Términos como «niño católico» o «niño musulmán» hacen que la gente retroceda.
  • Los ateos deben estar orgullosos y no compungidos, debido a que el ateísmo es una prueba de tener una mente saludable e independiente.

Y así es. En esa conciencia me educaron mis padres (bueno, no me lo dijeron así), aunque ninguno de ellos pasó de la educación básica. Ni falta que les ha hecho.

Richard Dawkins publicó, hace 30 años, otro clásico llamado El Gen Egoísta. En él se explicaban algunas ideas revolucionarias para aquél entonces (y que aún hoy suenan a chino a la mayoría). Las bases biológicas de nuestro comportamiento, se subtitula. Ese es el otro libro que he comprado, en su edición de 30 aniversario.

Así que ya tengo material que consumir, además de un par de libros sufís(Perlas Rosadas y Descubriendo a los Ángeles), para compensar... tajo tengo.
Dios, ayúdame con tanto material sobre ti, en el improbable caso de que existas.

miércoles, 23 de junio de 2010

Mundial fútbol Sudáfrica - Análisis psicológico

Me gustan las competiciones deportivas de alto nivel, tanto grupales como el Mundial de Fútbol o de baloncesto, como individuales, como los torneos de tenis de Grand Slam como Roland Garros.

Es en estos momentos donde sale lo mejor, o lo peor, de cada uno. Son momentos clave, y si observamos bien el desarrollo de las competiciones podemos observar la enorme importancia que los factores psicológicos tienen. De hecho suelen tener más importancia que los factores puramente técnicos, ya que todos aquellos que llegan a estos campeonatos suelen ser de la élite (al menos en las últimas rondas) y la batalla se juega, sobre todo, a nivel mental.

Ahora estoy algo enganchado al Mundial de Sudáfrica, ya que es interesantísimo presenciar las erráticas evoluciones de equipos, técnicamente muy poderosos, que sucumben (o no saben ganar) por factores psicológicos (presión, agarrotamiento, desgana, dejadez, falta de motivación, rebeldía y un largo etcétera de resistencias egoicas) ante equipos de una menor entidad técnica que sin embargo juegan como un bloque y mantienen una actitud mental más sana.

Uno de los ejemplos más claros de grupo con problemas es el de Francia. Una selección, cabeza del  grupo, que a priori no debería tener mayores problemas para pasar a la siguiente fase, ha quedado la última marcando un único gol - que no sirvió para nada - en tres partidos. Tras empatar el primero y perder el segundo, hubo un conato de rebeldía por parte de los jugadores contra el entrenador. El entrenador expulsó a uno de esos jugadores(para más inri, a una de sus estrellas, Nicolas Anelka), lo cual desató todavía más iras en el vestuario, teniendo incluso una huelga de jugadores que no entrenaron un día, y otro que se negó a jugar el siguiente partido. La rebeldía es un tema muy francés, si echamos un ojo a su historia... diríamos que es el país más 4 que existe (individualista, artista, búsqueda de un camino único, etc.)

Por otro lado tenemos a dos selecciones que tradicionalmente pecan de no saber soportar la presión de los grandes acontecimientos: Inglaterra y España. Los segundos partían, además, como favoritos para ganar esta cita según las casas de apuestas (verdadero medidor del favoritismo ya que ahí la gente opina con su dinero, no como los periodistas).
Inglaterra lleva dos empates de dos partidos y está obligada a ganar el tercero para pasar de ronda; España ha ganado uno sólo así que lo mismo le ocurre a España. El juego de Inglaterra es feo, tosco, soso, sin ganas, pasión o energía, lento y pastoso, nada que ver con el fútbol de la Premier League. No están haciendo su juego, y esto es por motivos psicológicos. El juego de España es, sin embargo, todo lo contrario: excesivamente barroco, pecando de un ánimo de agradar, de convencer, de perfeccionismo, de disipar dudas... ¿qué dudas trata uno de disipar? Pues las que España tiene internamente consigo misma. Por un complejo histórico de inferioridad, España se mira en los espejos externos para construir su identidad. Cuidado, porque lo mejor es enemigo de lo bueno.

Italia, como siempre, juega al límite. Juega siempre a no perder, hasta el punto en el cual necesite ganar. La actual campeona del mundo lleva dos empates de dos partidos, por lo cual también está obligada a ganar. Pero Italia es un caso aparte: estos comienzos de campeonato son los típicos en Italia. Llegó a ganar el Mundial de España 82 sin haber ganado ningún partido en la primera fase (tres empates). La fuerza de Italia está en las eliminatorias, ya que ahí, si no pierdes, entonces ganas (sólo puede pasar uno - prórroga o si no penalties). La fe suele conducir a Italia, con un juego feo, ganando siempre por la mínima, especulando siempre con el resultado, bastante lejos. Por lo que esto no es raro.

Argentina (mi favorita para este mundial) también tiene el problema de España e Inglaterra tradicionalmente. Sin embargo, hay un tema espiritual que es diferente en esta ocasión. Argentina se mueve a golpe de corazón, de fe, de creencia. El ego de un argentino no cabe en su casa, por lo cual, para sentirse en unidad, necesitan la fe ciega, absoluta. En el pasado, el catalizador de esta fe fue Diego Armando Maradona, o como le llaman en Argentina, Dios. Resulta que ahora se sienta en el banquillo como entrenador de la selección. Y por otro lado, tienen al mejor jugador del mundo, Leo Messi, un hombre humilde, sencillo, muy trabajador. Una especie de Maradona redivivo. La conjunción de estos dos, da para pensar que algo grande debe salir de ahí. Suficiente para ser el equipo más alegre del mundial (compara las caras de los jugadores de Argentina con las de la mayoría de otros equipos, incluido Brasil). Ha conseguido ganar sus tres partidos de fase de clasificación holgadamente.

Brasil, precisamente abanderada del juego alegre, lleva unas cuantas citas mundialistas sin ejercitar ese fútbol de ataque tan propio. Digamos que es un equipo 7, pero cuyos entrenadores se empeñan en limar ese carácter superficial para dotarlo de más profundidad y seriedad defensiva. Por lo tanto, saben defender bien, y en cuanto tienen ocasiones te la clavan. Como experimentados (y siempre favoritos), juegan a medio gas cuando pueden, para economizar. Tienen un instinto futbolístico ganador, y sobre todo de juego de ataque, impresionante. Por ahora han ganado sus dos partidos.

Camerún, una de las mejores selecciones africanas, no ha soportado la presión y ha sufrido también de rebelión (con su figura, Samuel Eto'o, criticando las decisiones del entrenador en la prensa - posiblemente con razon). Jugando en África, se esperaba bastante de Camerún, pero ha perdido sus dos partidos.

Alemania, la sobriedad y mecanicidad hecha equipo, ganó con solvencia su primera cita pero cayó en la segunda. Alemania funciona bien cuando todo va según un plan establecido: así ha ganado varios mundiales. Sin embargo, improvisar es algo más complicado para esta selección.  Otra favorita que necesita ganar su último partido para entrar a la siguiente fase.

Portugal aparece en este mundial con una gran figura de renombre, el omnipresente Cristiano Ronaldo, que eclipsa a un equipo bien conjuntado que puede dar la sorpresa en este Mundial. Encuadrada en el grupo de la muerte con Brasil (única hexacampeona) y Costa de Marfil (la mejor selección africana), el primer partido con los africanos se solventó con un empate a cero. En el segundo partido, le endosó siete goles a Corea del Norte, recuperando la sonrisa y clasificándose, salvo catástrofe, para la siguiente fase. El partido con Brasil medirá a unos y a otros.

Uruguay termina como primera de grupo, sin ser una selección favorita ni mucho menos. Sin embargo, practica un fútbol sólido y con una gran punta de ataque con Forlán y Luis Suárez, uno viejo, el otro joven, pero los dos con una fe en el triunfo y una entrega envidiables. Forlán ya fue máximo goleador de la liga española con el Atlético el año pasado - y aunque pasa de los treinta, su pasión y ganas de hacer un buen mundial arrasan con todo ello. Me gusta este jugador, Diego Forlán: no es una estrellita y nunca lo pretendió, es un currante imaginativo que trabaja para el equipo y siempre con fe y actitud positiva para lograr lo imposible (para ello está en un equipo acorde, capaz de lo mejor y lo peor, el Atlético de Madrid). La actitud del equipo es positiva. En un grupo difícil, han solventado sus problemas sin perder un partido. Técnicamente, no son excelentes, pero el espíritu de equipo, la unidad, la fe, la lucha y la pasión les van a hacer ser un rival muy difícil.

Creo que por ahora es suficiente. Hay más selecciones interesantes pero se me ha parado aquí la mente, por algo será.

martes, 22 de junio de 2010

Comisión de la competencia

Está el tema de la competencia muy latente últimamente en mi grupo. Es uno de los temas típicos de grupo, y en el mío no ha salido mucho todavía... a la luz.

Y acabo de recordar un comentario acerca de cómo vivo la competencia (a partir de un comportamiento mío que ella relacionó, con acierto, con mi manera de competir) que me hizo una fiel lectora de este blog, que recibí hace dos años, y que me ha dado una clave sobre uno de mis temas nucleares en mi grupo. Dos años después, durante los cuales no había relacionado los dos temas ni por asomo. Y ahora, empiezo a ver que están estrechamente relacionados... hasta un punto que me da un poco de miedo, aunque también de alivio porque me sentía un tanto atascado en eso.

Qué cosas tiene la Gestalt...

Noches de boda - Letra Joaquin Sabina

El otro día estuve en el concierto de Joaquín Sabina, y noté que esta canción parece una declaración de principios gestáltica.

Que el maquillaje no apague tu risa,
que el equipaje no lastre tus alas,
que el calendario no venga con prisas,
que el diccionario detenga las balas,
Que las persianas corrijan la aurora,
que gane el quiero la guerra del puedo,
que los que esperan no cuenten las horas,
que los que matan se mueran de miedo.
Que el fin del mundo te pille bailando,
que el escenario me tiña las canas,
que nunca sepas ni cómo, ni cuándo,
ni ciento volando, ni ayer ni mañana
Que el corazón no se pase de moda,
que los otoños te doren la piel,
que cada noche sea noche de bodas,
que no se ponga la luna de miel.
Que las verdades no tengan complejos,
que las mentiras parezcan mentira,
que no te den la razón los espejos,
que te aproveche mirar lo que miras.
Que no se ocupe de tí el desamparo,
que cada cena sea tu última cena,
que ser valiente no salga tan caro,
que ser cobarde no valga la pena.
Que no te compren por menos de nada,
que no te vendan amor sin espinas,
que no te duerman con cuentos de hadas,
que no te cierren el bar de la esquina.

martes, 1 de junio de 2010

Dios, ateos, creyentes y la humildad

Un vídeo del maestro Richard Dawkins sobre la existencia de Dios. Muy clarificador de la posición de la comunidad agnóstica/atea consciente. A la que me adscribo, por si acaso hay alguna duda.

Si es difícil para un ateo sentir qué ocurre en el corazón de un creyente, creo que es todavía más difícil para un creyente sentir qué ocurre en el corazón de un ateo. Este vídeo es un buen esfuerzo para conseguirlo.

Sí quisiera destacar un punto: la profunda humildad que yace en la posición no-creyente. La mayoría de los creyentes creen (o necesitan creer) que son parte de algo mucho más grande que ellos, que son parte de un creador perfecto y hechos a su imagen y semejanza. El creyente no alcanza a comprender la grandeza de la creación sino es a través del hombre: el elegido. Necesita darse a sí mismo una explicación - no sabe aceptar que su condición humana no puede saberlo todo - y se recurre a la fe para colmar la necesidad de saber. De saber algo, da igual qué.
El ateo, sin embargo, acepta no poder comprender la totalidad de su entorno, ni lo relaciona a sí mismo. Se reconoce uno más de los animales.
La diferencia en la humildad de cada cual a nivel de grupo es evidente, sin embargo el creyente piensa que es más humilde porque se somete a un Dios... que en el fondo, es él mismo.

PD. En realidad los ateos estamos organizados en secretas sociedades y nos reunimos en catacumbas, donde realizamos sacrificios rituales a nuestro dios, el Dinero. Pero no se lo digas a nadie.

PD2. Y de regalo por la compra de un artículo y un postdata, un musulmán contándole a un ateo porqué no debe comer cerdo.

Nota: buscad los vídeos, porque los que colgué los han quitado de Youtube por infringir políticas de copyright, y a mí me han dado un toque los de Google por enlazarlos. Por ahí andarán...