domingo, 6 de enero de 2008

Quedarse en casa y movil apagado

Ayer no salí, tenía una mezcla entre inapetencia de ver a gente, y inapetencia de salir de casa. Me apetecía más estar leyendo un libro tan tranquilo dejando que el tiempo pase... pero bueno, finalmente no leí nada, sólo me eché a dormir pronto, sobre las 23,30.

Tuve muchos pensamientos, y el fondo autodestructivo sigue ahí. Sí conseguí que no "se me subieran a la cabeza", y que por lo tanto no se me manifestaran físicamente como aceleración del ritmo cardíaco, regomello estomacal, tensión en las articulaciones, etc. Aunque sigo pensando que en realidad, la cura sería que no aparecieran esos pensamientos autodestructivos y negativos, pero en fin, el caso es que están ahí.
Tuve varias "revelaciones" de las cuales no me acuerdo mucho. Pensé en apuntarlas pero me dio pereza. Para relajarme, empecé a tocarme y me masturbé, y me quedé más tranquilo, aunque después como me suele pasar, se me vienen pensamientos a la cabeza, no de culpa, sino de posibilidades futuras... y mi actitud respecto a las mujeres, en general y en particular, mezcladas. Recordar el cuerpo de mi ex e imaginarme acariciándolo, repasando sus curvas con mi mano, me gusta.

En cualquier caso, era como una prueba a mí mismo, para ver si podía soportar el aguantarme, el estar conmigo mismo durante la noche del sábado, cuando se me supone que tendría que estar por ahí. Para que no me llamara nadie a dar el coñazo, apagué el movil. Casi me sentía culpable por hacerlo: ¡no! Debería sentirme orgulloso! Parece como si que, por el hecho de ser un nodo de la superred en la que nos encontramos, le debemos la cortesía de estar siempre "on", siempre conectados. Yo que era detractor del móvil de todas todas... hay que ver como me dejo llevar. ¡Y no quiero!

Esta mañana he estado en la cama hasta las 14,00 es decir que he estado sin levantarme de la cama unas 14 horas. Y no me hubiera levantado. Estaba metido en mis ensoñaciones de todo tipo, semisueños. Quizás desde las once hasta las dos he estado inmerso en ellos, pero en realidad, uno nunca sabe. Ha habido varios sueños, ninguno pesadillas, tenía una sensación endorfínica.

Me han llamado a comer mis padres y me he levantado, aunque, me hubiera quedado en la cama hasta las mil, o al menos hasta que me apeteciera.
Mis ensoñaciones no me estaban generando intranquilidad, sino todo lo contrario, y eso es algo que no me pasa a menudo. Eran fantasías bastante agradables, sin grandes dramas.

Hoy domingo, tengo ganas de hacer algo, quedar con alguien, no sé, algo productivo de alguna manera. Por ejemplo, dar una vuelta con el día espléndido que hace, llamar a gente y quedar a tomar algo, etc. Pero, en fin, aquí estoy frente al ordenador escribiendo. A ver qué hago.

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