lunes, 28 de abril de 2008

Yo, quiéreme

No sé cómo conseguir quererme.
Puedo saber cómo conquistar a las personas, pero no sé conquistarme a mi mismo.
Y sobre todo, es que se cómo quererme, porque no se trata de conquistar=conseguir algo que no es tuyo; sino que es que soy lo que tengo.

No tengo deseos que quiera conseguir, por encima de otros. Los pocos que tenía, ya no los veo claro, y vivir tampoco es la ot-tia.

Para mi, uno tiene que darse. Bueno, no. Yo tengo que darme, los demás que hagan lo que les parezca. Encuentro sentido en darse, entregarse a una causa. Pero también, creo que es vacío, suple un vacío, una falla en el sistema: se trata de responsabilizar de mi vida a la causa, y no a mí mismo.

Tu sabe.

Fusión

Tengo la sensación de que tengo a mis amigos integrados en mí, en plan fusión.
Y que no estoy del todo bien con el hecho de avanzar yo y no con ellos... como si los dejara atrás; y no quiero ser responsable de eso.
"Pero si no lo eres, los responsables serán ellos de lo suyo".
Ya, ya lo sé. Pero me da algo de vértigo.

miércoles, 23 de abril de 2008

Romanticismo familiar

Tengo vergüenza de tener sentimientos y emociones delante de mi familia.
Extraño, ¿eh?
Pues no me siento libre delante de ellos... sí, es como mostrarme débil, algo así debe ser. Por ejemplo, si estoy escuchando una canción romántica, es como mostrar ese lado mío, que me da vergüenza porque el romanticismo en mi casa, no se ha visto nunca. Se ha hablado de él todo lo que quieras, pero sentirlo, boh.

Pichabrava

Pues sí, últimamente pienso en que podría volver a ser, con ella, con mi ex.
Aunque luego pienso, que realmente es que simplemente me siento mejor, y podría ser no sólo con ella, sino con aquella de quien yo me quiera enamorar, y ella de mí, claro. Que todo es más fácil cuando uno lo quiere ver fácil, y que una persona agradable y sencilla, buena gente, y a poder ser no muy caprichosa, es todo lo que uno necesita.

Será que la primavera me pone la picha tiesa.

martes, 22 de abril de 2008

Palabrería Gestalt

Ah, odio esa palabrería tras la cual se ocultan las paraciencias.

En el rollo de la terapia Gestalt hay unas cuantas recurrentes de esas: me estoy "trabajando" eso, estoy "transitando" tal o cual espacio emocional, ahora "vivencio" más mi vida, etc. Aparte de la soberana aunque modernamente aceptada estupidez de tener que poner la arrobita de marras para el plural, con la esperanza de que así se rebajará el número de muertes por "violencia machista"(otra que tal) o no se qué chorradas.

Nada, todo eso es basura. Maneras de falsear. Inventar palabras para denotar cosas que ya se conocían con otras palabras, suele significar el paliar la falta de novedad de fondo por dar novedad en la forma. Parece que si no utilizas estas palabrejas, no perteneces "al mundillo". Y a la vez es una forma de elitismo. De decirse a sí mismo que "esto es otro rollo", de significarse como grupo. De reconocerse como tribu.

Esto no es exclusivo de la Gestalt: viene a ocurrir en la mayor parte de grupos de desarrollo personal. Lo bueno es precisamente lo experimental, porque en cuanto se ponen léxicos, les patina el embrague.

En fin, salud y libertad, compañeros.

Me toca ser triste

Parece que despegarnos de nuestra tristeza es como traicionarnos.

Para alegres ya están los demás, triste soy yo. Y si yo no soy triste, ¿qué coño soy? Antes triste que nada, parecemos decir.

Aceptar que somos nosotros los tontos, los tontos que nos empeñamos en sostenernos y aumentarnos mediante el sufrimiento, la moral exagerada, el "esto no es para mí", el "yo no soy así", etc. nos es demasiado grande, no podemos con ello.

Recuerdo que cuando "desperté" y me di cuenta de todo esto, hace unos años (aunque luego lo haya olvidado), realmente me sentí de lo más inteligente: había sabido dar puerta a la inteligencia mental para acceder a la integral, cosa que es muy difícil cuando la inteligencia mental es tan fuerte.

A mí me parece que se me ha quemado ya, como un motor de combustión viejuno.

Momentos redondos

No me apetece mucho escribir, pero he pensado que también hay que escribir en los momentos buenos, o al menos no malos... para dejar constancia de ellos, que también existen.

Tiendo a escribir sólo cuando tengo pensamientos interesantes, o penas por ahí sueltas. Normalmente, mucho acerca de defectos, fallos, dolencias, cosas malas que diría un niño.

Pues ahora me siento más en paz, más el mimportacarajismo dentro de mí. Me tomo menos en serio, y no me preocupo por el dónde voy a ir, quién me va a querer, si esto o aquello indica esto o aquello. Y a la vez me cuido más y me siento más tranquilo, y le doy menos bola a esos pensamientos rígidos, y otros más plácidos van cogiendo sitio.

Me siento como cuando conocí a mi ex, bastante en equilibrio, aunque aquél fuera un equilibrio que se quebró. Que por cierto, la sigo añorando, pero no desde el dolor o el rencor, o el pensar que "en el fondo no funcionaría".

Voy a ver cómo pasa el tiempo.

viernes, 18 de abril de 2008

Miedo a cagarla

Miedo a cagarla vs. excitación por hacer algo nuevo.

Joder, yo que siempre había sido de los de vencer al primero con el segundo... bueno la verdad es que no solía tener el primero o al menos no era muy consciente de tenerlo mucho. Ahora, si no tenía esas ganas de hacer algo, ganas de crear, pues me costaba mucho hacer las cosas.

Ahora el miedo a cagarla se sobrepone, y me paraliza, me retiene, me dice "tampoco te muevas mucho no vaya a ser peor", esas mierdas... que a ver, parece que se me ha olvidado que no van a ninguna parte. No sé si es autoprotección, pero vamos.

Yo, en lo que es hacer cosas, soy de naturaleza competitiva, y de hacerlas bien... aunque últimamente estoy en el bando contrario, en el de "si total...", el de "para qué...", el de "y con eso qué...". Todo eso que impide vivir nuevas experiencias y te ata a la imaginación y a las capas de proceso sobre el pasado.

miércoles, 16 de abril de 2008

En balance

Siempre me parece que cuando me especializo en algo concreto, o pongo muchos esfuerzos en algo concreto, estoy descuidando otras cosas que luego me darán por el culo. Es decir, en cuanto llego a cierto nivel de esfuerzo en un tema, empiezo a pensar que yano debería dedicarle tanto a ese tema porque seguro que hay otros que necesitan más atención - el miedo a perderme en el tema ese. El que sea.

Es como una necesidad de mantenerlo todo en balance. Y es una mierda porque paraliza.

El principio rector

Marco Aurelio hablaba de un "principio rector". Yo noto que mi principio rector no es firme, y eso me da miedo a emprender cosas. No saber qué es lo que quiero, a dónde quiero llegar, y más importante, el cómo me gustan las cosas, cómo quiero hacerlas, y la importancia del cómo.

A lo tonto

Me siento raro, como si se me fuera vida a lo tonto pero a la vez no me importara.
Más humilde, pero también con miedo a perderme. Sin terminar de estar ahí, aunque con menos gravedad.
Quizás esto es lo de hacerse un hueco entre los dos polos.

Con miedo a entender las cosas, porque no importa la certeza que tenga, siempre me inclino por lo que no se ha descubierto, por lo que nadie ha visto o a lo que nadie da credibilidad. Y por eso entender las cosas, por otro lado, significa negarlas.

lunes, 14 de abril de 2008

Miedo al cambio

Cada vez que termina algo, por pequeño que sea, me da una sensación de vacío que me cuesta soportar, que me da tristeza y miedo.

Y eso que la vida son ciclos... pues es como si no quisiera aceptar eso, no querer que cambien las cosas. ¿Miedo al cambio? Pues será eso.

viernes, 11 de abril de 2008

El mal dentro

Vale, será una mierda de pensamiento, y que además lo tenemos todos alguna vez quien más quien menos, pero oye, no se... no acepto el bien por el bien mismo. Como si tuviera el mal dentro. Será que me hace mover una heridita que tengo, de cuando sí lo aceptaba.
Porque, ¿por qué no lo han de pasar bien los que bailan samba?
Será que ando mal follao.

jueves, 10 de abril de 2008

Indiferencia creativa

Si la indiferencia creativa de Friedlander es lo que creo que es, hacia allá que voy.

Porque la conozco. Aunque luego la fuerza del torrente social la llevara a no sé dónde, y se perdiera, y la perdiera, entre otras cosas, entre las chicas, entre el enemigo amado.

Felicidad a cuentagotas

La persona viva a la que más me gustaría parecerme, me dijo una vez:

"Yo llegué a la conclusión de que sólo puedo ser feliz en unos momentos muy determinados".

También mi madre llegó a esa conclusión, que la felicidad llega a gotas muy pequeñas, cuando llegan.

Yo estoy ultimamente aceptando que es posible que siempre tenga ese regomello por ahi debajo, que cabe la posibilidad de que eso siempre ande por ahí y no llegue nunca a desembarazarme por completo de él. Desde entonces, desde que me estoy haciendo amigo de él, aunque sigue ahí, nos llevamos mejor.

miércoles, 9 de abril de 2008

Evaluación continua

Cuando veo que hay gente a la que "le funcionan" sus teorías vitales mejor que a mí (o al menos me lo parece), aunque me parezca que son erróneas en cuanto que sean ciertas(por ejemplo que creer algo indemostrable te haga bien, pongamos por caso que el Flying Spaghetti Monster, a nuestra muerte, nos envolverá con sus brazos de spaghetti y nos sentará a todos en una mesa infinita a comer spaghetti y otras delicias italianas con salsa de trufas y funghi por la eternidad, y allí todos seremos felices), cuando eso ocurre, me planteo si soy yo el que está equivocado por intentar basarme en una interpretación diríamos, realista , cuando puede que también sea igual de real el hecho de que la fe en cosas indemostrables es un arma evolutiva del ser humano y que no utilizarla puede ser realista, pero quizás también es estúpido.

Siento respeto por esas teorías aunque no las comparta, porque veo que hacen a esa gente algo más feliz... por otro lado, es la trampa del lado oscuro, de caer en el "todo vale", en el fin justifica los medios...

Yo he sufrido cosas que gente que cree de verdad puede que no pasara nunca porque se apoyaría en esa fe inquebrantable aunque inexistente en realidad - es como meter la responsabilidad de uno en un pozo, si a uno le pesa mucho, cosa que a mí me cuesta mucho hacer.

Bueno, por ahora lo dejo aquí. Pero me jode que esas teorías, normalmente anafóricas, en el caso de que hagan bien, yo no me las puedo creer. El tema es interesante pero por ahora lo dejo, ya si acaso, otro día.

martes, 8 de abril de 2008

Al guerrero ucraniano que con fuerza combatió en la guerra de Crimea

¡Resulta que Crimea es parte de Ucrania!

Así que no es tan extraño que haya una estatua "al guerrero ucraniano que con fuerza combatió en la guerra de Crimea". Yo creía que era azar, y no, se ve que mi cerebro sabía de lo que hablaba... porque yo no. Yo la verdad es que situaba Crimea por Grecia-Turquía o por ahí... y no sabía si la Guerra de Crimea tuvo lugar en el siglo XIX como fue, o en tiempos de las guerras médicas.

Bueno, y en realidad yo entendí como que el guerrero "venía de fuera" a Crimea a guerrear... ah, mejor no entender demasiado.

PS. Leo en Wikipedia:
"Antiguamente, Crimea cuyo nombre deriva de Kymeria o Cimeria (país de los cimerios) era conocida por los griegos como Kersonesos Taurikos luego latinizado Chersonesus Taurica, nombre derivado de tauri, una tribu que descendía de los cimerios."

Yo no soy de los que les gusta buscar y rebuscar hasta encontrar una casualidad y entonces darle entidad mágica y propugnar lo divino y las conexiones místicas y las señales celestiales y demás necesidades de quitarse la responsabilidad, soy más bien de los que frustra esos comentarios frente a los que "quieren creer".
Pero es interesante notar que Crimea, deriva de Kymeria o Cimeria, nombre que utilizó Robert E. Howard para designar la tierra Cimmeria, tierra del frío, de gente dura, de donde procede Conan, el Bárbaro. El personaje de cómic clásico norteamericano que más me gusta, porque todos los demás, los superhéroes del siglo XX, nunca me interesaron.

Y qué tiene esto que ver con el Discóbolo? Bueno, sí tienen que ver en la actitud vital... pero bueno, ah, mejor no entender demasiado.

Diente de sierra ascendente

Este fin de semana gestáltico ha sido muy provechoso para mí. La verdad que el domingo por la tarde, tras unas tapitas con sus vinitos y tal, llegué a casa pasadas las seis de la tarde. Intenté dormir algo pero estaba demasiado activo mentalmente, aunque mi cuerpo estaba demasiado cansado... así que ahí estuve.
Me salieron pensamientos muy peregrinos y algunas de esas sensaciones guiadas por el miedo de las que no sé muy bien poner en palabras luego. Fantasmas y miedos sobre el si estoy loco, si estoy perdiendo el control o a un paso de convertirme en un interno de frenopático. Eso no viene desde la calma claro, cuando viene desde la calma o el sentido del humor, pues bien; el problema es cuando viene desde la desesperanza y la angustia.

Bueno, se fue en poco rato la verdad, y luego me vi una peli chinaca, "Vivir", que me gustó mucho.

Ayer cuando vinieron mis padres me sentía mñas reforzado en lo mío, sea lo que sea lo que venga desde ellos. Incluso pasé a la acción de comentarles algo que no me había gustado, que ellos no ven, pero esta vez si les he dicho que me molesta. Y pudimos hablarlo bien, aunque yo como siempre no me dejé llevar por la rabia sino que iba hacia la conciliación racional (aunque mi hermano sí entraba en su defensa, que es una defensa racional pero incansable).

Me siento más centrado, deseoso y libre de mis miedos, espero que no se vaya diluyendo, o si lo hace, que pronto se recupere. Estoy funcionando en los últimos meses en una especie de gráfica de diente de sierra ascendente.

Por otra parte hoy me siento sin ganas de hacer mucho, cansado (normal por otra parte), pero que me cuesta más el centrarme, que ayer o antes de ayer. Y sin ganas de trabajar...

viernes, 4 de abril de 2008

Cojones

Anteayer abrió mi madre la puerta de mi cuarto, ya a las once de mañana, para decirme que se iban un par de días... y dejó la puerta abierta de par en par. Le pregunté ¿Y lo de dejar la puerta de par en par" "Pues para que te levantes".

Me sentó fatal. Y le dije "Pues me levantaré cuando me salga de los cojones". Y le sentó fatal. Cerró la puerta y se fue.

Yo me sentí bien por, al menos, haberme dejado sacar la rabia. Aunque a ella, y a mi padre, les ha sentado fatal. Sobre todo a mi padre, que le parece que "esa no es manera de hablar a una madre". Y es verdad. Pero bueno, a mí me ha servido para demostrarme que puedo dar un puñetazo en la mesa aunque no pueda explicarlo racionalmente. Es algo que no me gusta, creo que pagó algo que no le tocaba... o sí. Las formas fueron malas, pero la idea la mantengo y la he mantenido hoy cuando han vuelto: que yo me levanté de malas, y eso me sentó mal, porque ya no me tiene que decir a qué hora me tengo que levantar.

Me sigue pesando ese regumello, últimamente lo tengo más pesado, quizá por no hacer deporte en las dos últimas semanas. Pero, quizá lo del deporte, aunque me siente bien en lo físico, también tiene como efecto el que no me tenga que enfrentar a mis problemas de verdad, porque como eso me alivia, pues no tengo porqué enfrentarme a mis conflictos. Como una excusa.

Bueno, pues nada, a ver si me animo a mantener en casa este punch aunque me duela, y a ver qué pasa.

jueves, 3 de abril de 2008

Miedo al cambio

Me he dado cuenta de que, en realidad, le pongo reparos al tener que pensar para trabajar, yo que trabajo pensando, como aquél que dice. Y, como contrapartida, acepto de mejor grado las tareas mecánicas o que ya conozco.

Y me ha venido una luz: miedo al cambio. Creo que he cogido miedo a los cambios, yo que más bien parece que los iba persiguiendo y me los comía (por eso mismo, la otra cara de la moneda). Yo creía en esa manera activo-agresiva de hacer las cosas, más activa que agresiva... y aunque me costara esfuerzo, la perseguía. Era lo que conocía, y como yo había hecho las cosas hasta entonces, y además la tenía en alta estima. Para mí no tenía duda que eso era lo mejor, más que lo mejor, lo único. Ver que otras cosas son posibles sin tanto esfuerzo, y también con peor resultado, pero que puede que me conviniera esa debilidad, me ha trastocado mucho. No sé, la duda esa, que me paraliza.

Después de tanto movimiento, me ha salido un miedo al cambio, miedo que quizá estuviera allí de fondo y yo lo utilizara para saber contra qué luchar (inconscientemente). Bueno, tampoco hay que sacar conclusiones precipitadas... o sí.

Gestalt Galleguiña

"Yo soy mitad hijo de dios y mitad hijo de puta", decía Perls.
"Autorregulación organísmica... o no", publicaba yo hace un tiempo.
"No te rindas... o sí", decía un comentarista anónimo; "Una de cal y otra de arena", recordaba también.

A veces me da la sensación, que en el camino de la Gestalt no sabes si vas o vienes. Joer, parece el discurso de un gallego de pro de la Galicia profunda. Yo creo que este Perls debe estar emparentado con Rajoy.

miércoles, 2 de abril de 2008

Claudio Naranjo puesto a caldo

Un interesante hilo sobre la educación moderna preconizada por Claudio Naranjo y demás.

Como no sé, no comento más. Sólo diré que la experiencia es un grado... igual hay a quien se le olvida.

El príncipe Valiente

No soy valiente, qué me vais a contar.
No sé si los que sois cobardes sois vosotros, pero yo no soy valiente.
Lo sé ser, ya no me atrevo.
Lo fui en esencia, ahora soy miedo.
Encallado, y a la vez sapiente del camino tosco y ýermo que precede la fertilidad, la que quizá, nunca llegue.

Ah, el nostálgico de los huevos éste. Qué pesado anda.

Quién soy yo

Quién soy yo.
Y yo que sé.
Tantas cosas soy... y no se cuál me gusta, o bien ninguna, etc.
Madurar, eso que es. Algo que se cómo se hace, algo que fui; algo que huele a derrota.
Mi tono es grave, me da miedo mi exaltación, vaya gran mentira. Me da miedo punzar puntos de arrebato, que luego llegan las tiritas, los castigos... que yo me quiero infringir.

Este comedimiento tan asqueroso, el que tapa la furia y la rabia, la verdad; que me da miedo enseñar, destapar. No tengo coraje para unificar: trabajo, amigos, amores; y mis entrañas, yo al fin y al cabo, en cambio pendiente de la facción dominante.

Será verdad que quien me ha conocido, ha sido ella, a la que no le dejé conocerme. No mostrándome me mostré más todavía, mi parte turbia. Y quizá fue mejor, quizá bordeamos, sin saberlo, una desgracia de dimensiones bíblicas. Mi ángel de la guardia siempre está ahí, yo siempre salgo ileso, siempre... menos esta vez.

Por primera vez sentí que todo era mentira.

martes, 1 de abril de 2008

Rabia sana

Yo tenía ese punto de agresividad y rabia, tan sano, que me conectaba con la fuerza. Y en casa de mis padres, se me quita, no puedo sacarlo, se me anula.
Creo que esto es miedo a hacer daño a los demás + miedo a lo desconocido. Si estallo, no sé las consecuencias, para mí, ni para los demás (en serio que este pensamiento me ataca también, se ve que no soy un hijoputa egoísta, o al menos no sólo eso).

Yo tenía, yo tenía... andáte al pedo con tus milongas, ché.