jueves, 31 de enero de 2008

Despertar

La gente como yo en mi situación, normalmente sólo "despierta" si les ocurre algo muy grave, una muerte cercana, una enfermedad que les acerca a la muerte, etc.
Ahí quedan pocas opciones, aceptar vivir sin expectativas, hacerte a lo realmente necesario, a la fuerza, claro; o el suicidio, no aceptar la nueva situación y más gravemente lo que ello conlleva en el esquema vital.

Si no, seguimos moviéndonos en nuestros esquemas egoicos infantiles, dado que son muy fuertes y no ha habido nada que los haya obligado a cambiar.

Demasiado listo para ser feliz

Demasiado listo para ser feliz, si. Que levanten la mano los que se sientan así.

Oh, pero cómo se castiga el cabrón.

Expectativas

Sí, es verdad, cuando más libre me he sentido, ha sido cuando no tenía expectativas, y simplemente vivir era suficiente para mí.

Ahora me imagino, empezando de nuevo, en un sitio nuevo, con nueva gente, pero todavía teniendo esos pensamientos de "¿No debería invertir mi tiempo en estabilizarme, conocer a una mujer que vaya conmigo y construir una familia en un sitio equis?

Para hacer eso, necesito, de necesitar, mandar a tomar por culo toda la energía que uso para mis reflexiones y demás mierda mental... y entraría en el perderme en la acción, etc. dejar de tener el sentido crítico que me da precisamente esta reflexión, etc. y me da miedo hacer eso porque no me siento estar en contacto suficiente con mis deseos ni estar identificado conmigo mismo lo suficiente. Dicho de otro modo que no me quiero lo suficiente, no me quiero incondicionalmente.

miércoles, 30 de enero de 2008

Vivir cada día

Cuando vivía solo, tenía la sensación de vivir cada día. Aunque las sensaciones fueran dolorosas a veces, que lo fueron. Pero con confianza en mí mismo y la evidencia de que yo me tenía a mí mismo y el resto es otra cosa. El límite estaba ahí.
Ahora tengo simplemente, el anhelo de vivir cada día, de experimentar cada día. De algo que tenía y ya no tengo. Y no sé cuándo empiezo yo y termina el resto.
Esto me da sensación de no ser el dueño de mí mismo.

Pasión por aprender cosas nuevas

No veo a nadie teniendo una depresión, mientras mantenga las ganas y el apetito de aprender cosas nuevas, disfrutando con ello. No por obtener un resultado sino por el mero hecho de aprender.

Desde hace un tiempo yo vengo sintiendo una merma de mi capacidad de disfrutar aprendiendo, de fijarme en el resultado inmediato, concreto, de el aprendizaje. Esto está bien cuando uno necesita obtener mejores resultados, pero lo mejor es poder disfrutar el aprendizaje.

Me preocupa que lo haya perdido, porque me parece que es un síntoma de vejez mental, por decirlo de una manera clara.

Golpe de estado o Transición

Veo dos víasen mi desarrollo personal.
Una se basa en dar un "golpe de mano", podríamos decir un golpe de estado, en el cual consigo pasar de todo e ir a la mía. Reconstruirme a mi manera.
Otra se basa en ir poco a poco, sin rupturas bruscas con lo anterior. Ir eliminando poco a poco esos dictados que arrastramos desde niños.

Ahora mismo, que me siento débil y vulnerable, la primera opción me parece demasiado... cada vez menos, pero bueno. Está claro que "me parece", que es un miedo. Porque ya lo hice una vez, y además yéndome a otro país distinto, teniéndome que sacar las castañas del fuego yo mismo, yo solo y en otro idioma y entorno. La primera opción es posible que sea la mejor en términos de intensidad de vida, de felicidad incluso, de contacto conmigo mismo, aunque también de responsabilidad y necesidad de resolución de los problemas, de riesgos en definitiva. Se puede identificar su comienzo con irme de casa.

La segunda opción, sería una transición más lenta y pausada por los estados de superación personal, de desarrollo... sin riesgos vitales a priori, sin muchas preocupaciones de la vida diaria (ahora, las cambio por otras que no son tan reales asi que no sé que es peor aquí...). Por lo general las opciones lentas, pausadas tranquilas, sin brusquedad, tienen más visos de éxito de largo plazo: más estabilidad en los pasos dados, etc.

Pero creo que, lo que mola, es la primera opción. Que sería parecido a la iluminación "de golpe" de la que habla Eckhart Tolle en El poder del ahora, la que dice que él tuvo. Por eso, que me parece que cuando es de golpe, se genera suficiente energía como para borrar del mapa las ataduras del carácter, aunque también hay más riesgo de recaída (como me pasó a mí). Y de la otra manera, pausada y tranquila, siempre quedarán resquicios neuróticos, siempre habrá cosas que mejorar... aunque quizás aquí esté el quid de la cuestión, tambien, en el tener siempre algo que hacer, una mejora que hacer, y estar siempre "entretenido".

Terapia Gestalt, Fritz Perls: Gloria



Un buen vídeo sobre una terapia hecha a una paciente, Gloria. Es un buen ejemplo de Terapia Gestalt.
Me gusta especialmente el tema del alto/bajo. Estás por encima de mí = me siento mal. Quiero que estés a mi nivel(dice ella; por debajo, en realidad). A la esquina a llorar/soy la madre que protege al crío. Extremos. Los que tenemos inquietudes nos solemos sentir identificados con estas cosas, ¿no?

El poder de la madre

Todavía creo que mi madre lo puede hacer todo. Inconscientemente, sí, lo creo. Todo lo que cabe entre sus posibilidades(no saltar más que Sergey Bubka con la pértiga, pero sí por ejemplo ayudar a otra persona como terapeuta), lo puede hacer tan bien como cualquiera.

Creo que esta es una de esas típicas cosas que un niño va descubriendo: la omnipotencia inicial de los padres se va desmenuzando ante la realidad, y el crecimiento del propio sujeto. Es decir, que lo tengo ahí como algo no superado de mi infancia, como parte de mi infancia. Es cierto que mi madre es prácticamente perfecta como persona, incluso Gestálticamente hablando. Es una de las pocas personas que son felices y realizadas, por adaptación, pero a la vez se puede hablar de ello con ellas y tienen un alto grado de conocimiento interior y exterior.

Es una gran sombra. Espero que no se convierta en lastre que me niego a soltar en vez de un apoyo y modelo al que mirar. Tengo confusión aquí. Sin embargo, siento la repulsión ahora de mí para ella. Ahora, no me gusta. Me siento amenazado con su presencia. Como si estuviera por encima de mí, y me jode, pero a la vez no tiene por qué joderme ya que está ahí para ayudarme así que me siento mal. No puedo centrarme en mí con ella presente, no puedo.

martes, 29 de enero de 2008

El vacío antes del vacío

Escribí ayer, en un bloc de notas:

Me siento más tranquilo, pero a veces también, más despersonalizado, menos yo, más una hoja en el viento sin rumbo, menos instintivo, más domesticado, recuperando la confianza en mí mismo pero a la vez sintiendo que nunca llegará a ser como la confianza que tenía antes, que venía del "porque sí", de la ausencia de miedo y de la ignorancia de los terrores que me asaltan ahora.
No sé si este es el "vacío antes del vacío", que me dice una prima mía, que aparte de ser Licenciada en Psicología su tendencia es el rollo Gestalt que le digo yo.
Me noto con menos pegada. El otro día, en una partida de ajedrez de competición, me noté menos nervioso que otras veces, pero también con menos "ganas de ganar", no me "entregaba a la tarea" con todo lo que tenía.
Hoy en el trabajo he estado tranquilo, todo el rato; es decir, sin ratos de esos que te desquician, o en los que estás deseando que termine y llegue la hora, o que se te va la cabeza y te pones a pensar en tus cosas... menos a la hora de comer, ya que me incomoda estar con gente y no decir nada. Igualmente estar con gente, directamente, me incomoda si no me siento con la energía necesaria.
Aquí mi cerebro me dice que continúe la frase con "... para representar mi papel".

Positividad y positivismo

No es lo mismo ser positivo que no aceptar la realidad. A veces enmascaramos una cosa con la otra, en nombre de la famosa positividad, del "hay que ser positivo".
Me gusta positividad como positivismo, como la filosofía de lo positum, de lo que está puesto, de lo obvio.

positivismo.


4. m. Sistema filosófico que admite únicamente el método experimental y rechaza toda noción a priori y todo concepto universal y absoluto.

Demasiada pasión por lo suyo



Aquí se comenta muy bien eso de cómo el centrarse demasiado en una cosa hace perder el contacto con la realidad. O quizás debería leerse de la otra manera: Cuando el contacto con la realidad se hace insufrible, uno se refugia en esa pasión.

En la práctica: uno no sabe si el centrarse mucho en una cosa es malo y provoca la locura, o es la locura la que provoca el embeberse tanto. Yo tengo esto, el miedo de pensar que el centrarme en, por ejemplo, la escritura íntima tipo Luis Cernuda me haría volcarme sobre eso y perderme cual escritor bohemio y entrar en un círculo autodestructivo. Por eso me retengo en ese campo. Cosa que no tenía hace un tiempo y la verdad que lo que sentía era más libertad. Así que no sé.

Cómo me gustan los chicos Chanantes de Muchachada Nui. Me han hecho de terapia muchas veces. Si estos se plantearan lo que hacen, desde este tipo de prismas, pobrecicos... el caso es que se lo pasan pipa, y qué mejor.

Regomello de padre y muy señor mío

Curioso fin de semana, bastante activo.

Hoy estoy de vuelta a lo de siempre, un poco: a regumello, aunque limitado, en el estómago y a sentirme incómodo con mi familia y algo autorreprimido. Sin ganas de expresarme con ellos, es que no me gusta expresarme con ellos. Se me niega el cuerpo.

Quizás eso me quiere decir, aunque parece que yo me esfuerzo por desoír, que el cuerpo me pide irme de casa cuanto antes. Antes me está haciendo daño que aceptar el hecho de que estoy aquí, en casa de mis padres, e intentar reconstruirme desde esta posición hogareña. Y así deshacerme de los fantasmas que me atrapan en esta casa, que me hacen que me meta para adentro, que me sienta extraño conmigo mismo y con los demás, que me hacen estar pendiente de los demás, de lo que suena fuera, de lo que piensan los de fuera, etc... el rol de observador y no de vividor que tengo asignado en esta familia, que sí, que yo me creé con el tiempo pero con el que no estoy de acuerdo, contra el que mi cuerpo se me rebela continuamente pero se pega contra la barrera.

Pero no sé si el vivir solo, o con otra gente, cambiaría las cosas: normalmente, la manera de relacionarse con la madre es la que se aprende y se usa para relacionarse con la gente.
Quizá no se trate de mejorar mi relación con mi madre, sino de tirar para adelante y olvidarme de todo eso. Olvidar a mi madre, o ponerla por debajo de mí y de mis necesidades, me quitaría un lastre tremendo. Cuando hice esto, me sentía muchísimo más ligero, y fuerte, y contento. Una superación de los padres era, que luego me pareció ofensiva y sobre todo impúdica, incorrecta, pecaminosa. Porque sentía que no me importaban, y me sentía mal por ello, ¿cómo es posible que no me importaran? Culpable, culpable.
Pues no, cojones.
Claro, estar lejos físicamente ayuda para eso. Pero estaba yo lejos y empezaron a salir esos pensamientos, probablemente eran retazos de mi adolescencia que no terminé de superar, que a falta de otra cosa volvieron a hacerse hueco.

Ahora tengo rabia, al pensar todo esto, el ceño fruncido, el estómago encogido, "mierda, mierda" pienso.
Y mi padre ahí fuera en el salón, a lo suyo, cosa que yo no sé hacer. Viendo lo que haya en la tele y comiendo. Mierda, joder.

viernes, 25 de enero de 2008

Ahora me pico y me suicido

Oigo una noticia de un chaval esquizofrénico que mata a su madre, luego intenta matar a su padre, y luego se suicida.

Matar a su padre, vale; matar a su madre, bien. Lo que más me llama la atención es el hecho de que luego, siempre se intentan suicidar.

¿Por qué? ¿Qué es lo que causa esto? ¿Qué sensación recorre el cuerpo del asesino?
¿Se trata de un plan urdido de antemano, como solución a todos los problemas, que incluye la propia muerte?
¿O se trata de que, una vez se han dejado llevar por un arrebato, después se dan cuenta, y se matan ungidos en culpa? ¿O lo mismo, pero se matan por verse incapaces para seguir adelante?
¿Es una identificación con el trágico fin que de sentido a todo el drama personal?

Este es un misterio, que yo creo que no debe ser tan difícil de resolver, y que ayudaría bastante saber.

miércoles, 23 de enero de 2008

Déjate sentir la rabia

Esto es lo que me ha dicho varias veces mi terapeuta, y he oído en los talleres de formación de terapia Gestalt, que me deje sentir la rabia.
Estos dos o tres últimos días me la estoy dejando sentir, poniendo malas caras si es necesario. Siento la rabia, está ahí, y la expreso a mi manera (con cara triste o enfadada e incomunicación, pasando de la gente a mi alrededor, no contesto a no ser que me dirijan la palabra a mí, pero si me están contando algo, lo oigo pero paso).
Pero la siento, no la juzgo ni le tengo miedo, o al menos logro darme cuenta de cuanto le tengo miedo y le pongo remedio.

Y no sé si será por eso, pero me siento más ligero. Mira que no es que sea nada del otro mundo la sensación, pero da fuerza para otras cosas.

La responsabilidad de lo bien hecho

Cuando hago algo bueno, muy bueno, o voy a hacerlo, no es que me asalte el miedo de hacerlo mal, que también aparece, sino el de hacerlo perfecto, tocar el cielo, y posteriormente no estar a la altura; definirme por aquella cima y por lo tanto mirar el resto de mi vida desde el cristal de las expectativas que aquello generó y no se cumplieron.

Es difícil a veces ver que eso es sólo una anécdota sin importancia. Y que la vida no se define por esas expectativas, ahí está el quid de la cuestión. Si sale bien bien, si no sale bien, bien también. Lo hice lo mejor que pude, lo demás es anécdota.

El gusto es mío

Cuando algo te gusta, por ejemplo, una película o una canción, ¿qué sueles decir?

"Me gusta esta canción",

o bien

"Esta canción está bien", "esa pelicula es buena" ?

Exacto, nos despersonalizamos. La segunda forma de hablar, conviene en que hay un gusto objetivo correcto. ¿Por qué? Si en realidad, a cada cual nos gustan cosas muy diferentes.

Nos cuesta decir nuestro gusto, sin apoyarnos en el gusto de la mayoría, el gusto objetivo, aceptado.

PD. Por cierto, ¿sabe si esto es un ejemplo de Programación Neuro-Lingüística? Es que he oído hablar de eso pero no sé muy bien qué es.

martes, 22 de enero de 2008

No necesitamos saber la verdad

Me viene a la cabeza eso de que
"Los organismos vivos no necesitan saberlo todo, ni perseguir la verdad objetiva: sólo necesitan saber lo que necesitan saber, lo que les vale mejor a ellos para su supervivencia y bienestar."
Para qué gastar energía en saber algo que no necesito, si puedo gastarla en, por ejemplo, atraer alimento que necesito o relacionarme con un congénere, cosa que también necesito.
Esto está muy conectado con el "aquí y ahora" famoso.
Dicho de otra manera, lo veo así: "los pensamientos que no me hagan bien, los mando a cascala".

Esto conlleva un corte de mangas al resto del mundo, pero a la vez, en cuanto que uno sana, es un corte de mangas bueno al final para todos. Es difícil sentirse libre haciendo esto, porque pesa la culpa. La culpa es uno de los grandes culpables (sí, redundantia, ya...) en que este pensamiento pase a la práctica. Al ir en contra de fuertes "deberías".

Debe ser que he estado identificado con la verdad objetiva, aunque la consecución de la misma vaya en mi contra. ¿Es esto una enfermedad típica de nuestro tiempo? Así lo creo yo.

lunes, 21 de enero de 2008

El sentido de la vida

Hoy tenía mucha rabia. Durante todo el día he estado apático, con regomello. Cuando han llegado mis padres a casa, de un fin de semana largo, no me he esforzado en disimularla.
- Qué te pasa?
- Estoy apático.
Y ella se ríe.
- Qué te hace gracia?
No sé si me ha oído. Ya se dirigía a preguntarme por qué la radio estaba mal puesta. Y lo pregunta, así al aire. Luego me la he quedado mirando, serio. Ella también.
He mantenido la mirada con mi madre. Ella se ha retirado antes: "bueno, vale", sin decir nada, sin aspavientos. He ido a correr, me he duchado, me ha sentado bien. Mientras corría,
me he sentido más en contacto conmigo mismo, y aunque me daba un poco de miedo, también me daba gusto y sobre todo cierto sentimiento de tranquilidad. Pensando en futuras cosas: irme a otra casa, etc.
La verdad que el encuentro con esa persona de que hablo en el post anterior, que es de mi familia y nos une un vínculo afectivo especial, en cierto modo me ha abierto los ojos. Respecto al salir de la depresión pensando en tí, en ver qué te apetece hacer, qué no, y expresar lo que venga, y hacer lo que venga. Me da miedo, porque esa falta de control puede terminar en (y aquí irrumpen las fantasías catastróficas): todo tipo de adicciones, enemistad con la familia "que siempre te ha querido y a la que has dado la espalda", desesperanza y soledad irresistibles que lleven a verlo todo negro, y quizá al suicidio, claro...
Pero el haberme sentido contento conmigo mismo, me ha hecho una parte de enseñarme el camino. He contactado con mi fuerza. Y me ha hecho sentir bien, porque estoy muy débil y desvalido. No sé si ese camino es "el bueno". Pero me parece que por lo menos, este camino tiene sentido.

Metaduda

Me doy cuenta de que utilizo demasiado este blog para decir cosas, en vez de centrarme en la vida real.

Esta sensación la tenía cuando iba a terapia individual, la sensación de que me escudaba en eso. Yo empecé a terapia porque yo veía que yo no podía salir de ahí. No es que viera claro que eso me ayudaría, pero lo que era claro para mí era que yo no estaba nada bien, y que por probar no perdía mucho.

Pero sí me parece a veces, que el saber que estoy en terapia, me da cierto sentimiento de como si no fuera conmigo, "ya irán saliendo las cosas" y no me pongo manos a la obra tanto como si estuviera "solo" en esto. Aunque en verdad, pues no lo sé. Supongo que era un momento crítico en el que pedía ayuda, pero en realidad se trata de una entrega con reservas. Y me parece a veces que mi ego, que sabe mucho, lo utiliza todo esto para defenderse. Én cambio sin terapia, no me queda otra que afrontar el problema.

Me dió la sensación a veces de que mi ego nos manipulaba a mi terapeuta y a mí para salir ileso de las sesiones.

Miedos y repositorio de rabia

En uno de los ejercicios, del grupo del otro día, me salió rabia al darme cuenta de que no sólo tengo miedo a lo que yo puedo hacer a los demás, que esto es algo que ya sabía. Sino que, además, a ese miedo se suma ahora el que yo me puedo hacer a mí mismo, y esto me atenaza de una manera acojonante. Así, cualquier acción puede tener una consecuencia negativa, y me cuesta horrores llegar a tomar una acción.

Supongo que al ser más natural en mí el primer tipo de miedo, las sensaciones que me vienen son de autodestrucción, no de destrucción de lo externo.

Cuando pienso en tomar una decisión que me suponga un cambio, pienso en que si no lo digiero bien, me puede dar un chungo, y entonces suicidarme por ejemplo. Porque veo que tiendo a negativizar las cosas, a ver la parte negativa.

Además, que me lo tomo todo en serio, y eso no puede ser, pero no puedo evitarlo. Me gustaría evitarlo, pero de corazón: lo que me gustaría es que no tuviera yo ese fondo negativo que veo que tengo. Pero como lo tengo, me odio por eso.

Y no es más facil, simplemente, estar? Si no pasa nada! Ya. Pues mira. Pero que el regomello no se va, cojones. Cualquier perturbación en mi vida me genera malestar, y no tener ninguna también. Por eso el tomar iniciativas, que son fuentes de conflicto que veo que yo no estoy preparado para afrontar, me acojona mucho. Es que veo que no soy fuerte. Ahora mismo mientras escribo esto, se me agudiza el dolor en el estómago.

Y, joder, esto no se soluciona saliendo a correr. Incluso sacar mi rabia en canciones, poemas, cosas agresivas, me da miedo: porque generará conflicto en la gente que lo lea, y me lo traspasará a mí. Tendré que cargar con eso. Mejor no cargar con nada.

Tengo claro que así no es, que esta no es la manera. Que todo esto, aunque tiene sentido, no es la manera de estar en la vida. Pero me parece que los cambios que tendría que tomar para cambiarlo, serían demasiado. Al menos, ahora.

Estancado

Estoy raro esta mañana. Este ha sido un fin de semana raro también... Físicamente tengo un dolor en el estómago, el típico regomello al que me refiero otras veces. Tensión.

Estoy muy catastrófico últimamente. También añoro a mi ex, el otro día me acordaba de cuando dormíamos juntos cogidos de la mano, esa sensación de tranquilidad y placidez, a la que me negaba cuando estaba con ella, yo no la aceptaba como positiva ya que me parecía entrar en una "somnolencia vital" que me inhibía de la vida, me bajaba las revoluciones del motor... y eso era para mí inaceptable entonces.

También, he estado este fin de semana con una persona muy cercana a mí, la cual sé que lo ha pasado muy mal, estando varios meses o diría más bien un año por lo menos en estado depresivo.
Y la he visto eufórica pero contenta, la verdad que es una euforia bien llevada, bastante consciente. Aun con todo me preocupa. Pero, me ha hecho pensar en si no es más bien una "iluminación" que una euforia. Ha llegado a la conclusión de que hace lo que le apetece, que ha encontrado que su manera de estar bien en la vida es hacer muchas cosas, y a la vez descargarse de eso haciendo otras que a ella le gustan y que le sirven de "terapia", digamos.
Simplemente recibir su incondicionalidad ha sido buena cosa, y me ha hecho sentir mejor. Y plantearme las cosas desde un punto de vista más positivo, de cambiar el chip porque veo que siguiendo así, se me va la vida y no veo ni la felicidad ni la tranquilidad.

Esta persona últimamente está sacando mucho genio y está a la que salta con ciertas personas.. y también muy expresiva en todos los sentidos, no se corta en sacar el cariño, o sacar su disconformidad, hacer lo que le parece, en fin, lo que le salga. Cosa que yo no hago, porque la verdad no estoy en contacto con mis deseos, con lo que me pide el cuerpo, que lo que me pide es más autodestrucción que otra cosa.

Yo, ni me doy capote para mucha expresión aunque me encantaría ser capaz pero me da miedo, ni me dejo buscar soluciones en adicciones. Así que me siento estancado... aunque este fin de semana me ha dado algo de luz.

Me hace falta llorar, qué bien me vendría.

viernes, 18 de enero de 2008

La locura como defensa

Creerse, o declararse, loco, ¿es una defensa?

Me vienen a la cabeza las palabras de Salvador Dalí, para mí una de las personas más lúcidas y brillantes que han existido:

"La única diferencia entre un loco y yo, es que yo no estoy loco".

Cuando uno se mira al pasado, ¿no estará buscando excusas para refugiarse en ellas, y así exculparse de la situación actual? A veces pienso que, eso que llaman traumas, no lo son hasta que uno no se los cree. Por lo tanto la locura estaría en la facilidad o tendencia para creer esas teorías autocomplacientes.

Como suele pasar, uno habla de sí mismo cuando habla de teorías. Sí, hablo de mí mismo: de un año a esta parte, he empezado a considerar, o darles importancia, a esas teorías. Como si yo no tuviera poder sobre mí mismo. Porque me siento solo, sin raíces, una hoja a la deriva, pero de esa manera negativa, no de esa de Juan Salvador Gaviota.

Recomiendo sobre el tema de locura y terapia Gestalt, "La locura lo cura", de Guillermo Borja.

jueves, 17 de enero de 2008

Hacer las cosas bien

No soporto que la gente no haga las cosas bien. Y entre la gente, me meto a mí mismo. Que estoy ahora en una fase de perros de arriba y de abajo peleones.

Bueno, sí la soporto. Cuando no la soporto, es cuando esa persona entra en mi círculo, de manera que es parte de mí y entonces siento ese fallo como mío.

Acabo de tener una visión: que lo que no soportaba de mi ex era precisamente eso: que no era muy buena en nada concreto. Y no soportaba esa mediocridad. Porque al estar con ella, estoy "casándome" con eso, aceptándolo, incorporándolo; y yo no lo aceptaba en realidad.

miércoles, 16 de enero de 2008

¿Para qué sirve el arte?

A mí, que siempre he tenido interés en el arte, e incluso superponiéndolo sobre cualquier otra actividad humana como la responsabilidad del hombre, ahora me sorprendo minusvalorándolo, ninguneándolo: no sirve para nada.

Este utilitarismo de mierda, además, lo odio. ¿Dónde lo habré cogido?
Ha aumentado mi permeabilidad ante la sociedad, ahora noto que entra mucho más fácil el pensamiento de la sociedad, que me afecta mucho más, que me llego a creer algunas cosas, o siento o pienso cosas invadido por esos juicios sociales de mierda.

¿Me he acogido a esas reglas sociales dado que estaba perdido y no sabía a qué agarrarme?

Dios, sí que he caído bajo.

La fe como herramienta evolutiva

¿Por qué necesitamos saber la verdad?
Para nuestro fin como seres vivos, que es la supervivencia y el bienestar, no la necesitamos.
Por eso ponemos la fe allá donde no necesitamos saber más.
La fe no nos gasta energías: es, digamos, paz gratis. Es típico aquello de que los que creen viven más felices. Y sobre todo, más sanos.

Los que buscamos la verdad compulsivamente, estamos identificados con la verdad, con su búsqueda y su demostración, y no con nosotros mismos. Esto, claro, atenta contra mucha parte del pensamiento occidental.

¿Somos tontos los que no usamos la fe?

Cante jondo

Me siento hoy, ahora, algo bien.
He salido a correr, que a mí me hace mucho bien, de hecho es como medicina para mí.

Al irme a duchar, he optado por la versión larga de la ducha, en la cual me lavo la cabeza y dura más tiempo, aunque estábamos a punto de cenar, y eso es bastante sagrado en mi casa. "Ya que te cocinan, etc..." Bueno, en mi casa se mueve todo mucho por rutina y costumbres... pero esta vez he pensado, oye, si estuviera solo me daría una ducha, que es lo que me apetece, así que allá vamos.

Además, hacía tiempo que no cantaba con una voz tan clara. Ni en la ducha ni en ningún otro sitio, y hablo de meses, quizá un año. Este verano no, el anterior, cantaba mucho mejor, con la voz más clara: estaba en los principios del noviazgo, y le cantaba libre y a gusto a mi amada. La voz salía clara, diáfana. No me extraña que se enamorara de mí.

Pero desde entonces, mi voz a todos los efectos se fue empequeñeciendo, gradualmente... y no tanto entonces, es decir durante la relación, como después, después de Amsterdam y lo que pasó allí, mi experiencia con drogas post-ruptura, lo cual me rompió a mí.

Ya hace meses que no cantaba sin pensar. No es que haya sentido un gran gozo entonces, mis sentidos están todavía desperezándose, tanteando; pero sí lo he sentido al oírme claro, sincero, valiente. Además, que se me oía desde fuera, con lo ultracomedido que soy yo en la familia.

Luego, con mi hermano, he estado haciendo una base para rap, que suena bien. También hace tiempo que no me entregaba a la composición. A ver si le cojo el gustillo.

He pensado que yo no hago "tonterías" en mi familia porque tengo el rol de "el que siempre hace las cosas correctamente, de conocimiento enciclopédico, sin arranques de emoción o sentimiento, el intelectual serio". Sobre todo lo de hacer las cosas correctamente, hacerlas bien o no hacerlas - y quizá por eso no lo hago, no canto. Porque no lo hago bien del todo.

Tengo un post pendiente acerca de: ¿por qué no disfruto de las cosas?

martes, 15 de enero de 2008

No importa lo que hagamos

Está todo hecho ya, no importa lo que hagamos.
En una perspectiva global, es así.
O sea que no hay razón real por la que darse mucho mal. Si nos damos mal es porque queremos.

Siempre he pensado que la mayor parte de los problemas del mundo, se solucionarían si cada cual se ocupara de los realmente suyos, sin meterse en los de los demás.
Meterme en los de los demás, significa que quiero hacer lo del otro.
Dejar que se metan en los míos, significa querer que otro haga lo mío.

Si Hitler se hubiera ocupado de lo suyo, quizá no hubiera invadido Polonia.
Hala, ya tuvo que salir Hitler por algún lado.

El rival mas débil

Decir que estoy haciendo terapia, es manifestar que necesito ayuda.
Es manifestar que no puedo solo.
Que soy débil.

Y eso me aterra. ¿Mostrarme como débil? ¿Yo? ¡En la puta vida! ¿Cómo entonces me respetarán los demás? Si me ven débil, ¡me atacarán! Es como abrir la puerta a las posibles agresiones.

Sí, ya: pero si es lo que hay, pues es lo que hay. No se cuánto hay de autocomplacencia defensiva en todo esto: haciendo como que soy débil, no doy ciertos pasos que me darían complicaciones.

Serenidad con fuerza y regomello

Siento fuerza serena, no eufórica.

El regomello estomacal, sin embargo sigue ahí.

Qué hay por ahí dentro, qué "repositorio sin tocar" que diría el tito Fritz Perls (o sus traductores) anda por ahí vigente... yo, mirando a mis repositorios sólo veo un ovillo. Ya se desenredará. Si quiere. Y si yo quiero.

lunes, 14 de enero de 2008

Centro de gravedad permanente

Sí, como dice Franco Battiato.
"Busco un centro de gravedad permanente
que no varíe lo que ahora pienso
de las cosas de la gente."

Pero en verdad, no quiero definirme. Definirme me da miedo, porque dejo de poder ser todo lo que podría ser, dejo de poder vivir todo lo que podría vivir.

La fuerza de la intuición

Cuando no pienso y me muevo por intuición, sin juicios, los resultados son mejores.

Este pensamiento, aparte de haberlo puesto en práctica alguna que otra vez pero no haberme fiado completamente, lo pude comprobar en aquél año en el extrajero, hace unos cuantos; también en el cómo enamoré a mi ex, sintiéndome libre y ligero, y dejando a mi intuiciñón actuar... hasta el punto en que los demás se pueden ver molestados por el resultado de mi intución: entonces me da miedo y me la trago. Resultando en desórdenes nerviosos y depresiones.

Algo me parece decir que, una vez alcanzado un nivel estable de felicidad, eso no basta y tengo que ir a por más, y el camino para eso es ayudarme del intelecto, ayudarme de todo lo que puedo y tengo disponible... para alcanzar mayores metas, como la de ser un gran artista genio en la imaginación y creación: un gran pintor, un gran poeta o letrista...

Para moverme por intuición me tengo que no juzgar. Y así a los demás, igual. Y no veas, aceptar que no tengo posibilidad de convertirme en un puntal de la humanidad, no puedo. Siempre he pensado que los humanos deberíamos explorar esas facetas humanas que todavía no hemos explorado, que aún no han sido exploradas, y que más que plantar un árbol, tener un hijo, etc: (=conservación) de lo que se trata es de esforzarse por crear algo, dar algo al mundo que no esté hecho todavía.

El vértigo de la apertura

Me da vértigo abrirme a los demás.
Darme, dar, atreverme a quitarme la coraza y que lo de dentro quede al aire.
Lo que yo llamo el efecto "Mon Cheri": coraza de chocolate, interior líquido.
Como si un noruego lo dejan en pelotas en el Sahara. Me voy a quemar.
Esas sensaciones tengo, vértigo y pérdida del control.
Los intervalos de apertura son agradables, pero, me parece que no soy yo, o que bajo a un nivel de energía menor, en el que yo no me siento como soy yo sino que me diluyo.

Y también, el miedo a convertirme en el otro polo: y mostrar mi "locura". Vértigo.

viernes, 11 de enero de 2008

Rabia

Me siento como Ned Flanders: incapaz de expresar mi rabia.
"Pero no, no debería enrabiarme, eso es impropio de mí, los demás no se lo merecen, es injusto..." toda esta puta mierda. La culpa es mía si es que no estoy a gusto en este mundo, él está ahí desde siempre, si yo no estoy a gusto es mi culpa...
Una capa que me invalida, me anula, me castra.

Y está claro que no tengo por qué, que no es así. COmo parte de las cosas de las que formo parte, tengo mi perfecto derecho a declararme en contra de ellas, a favor, o en contra y a favor. ¡Cojones ya!

Y sé que no es verdad, está claro. Pero, para empezar publico esto en este blog, anónimamente, en vez de responsabilizarme de eso. Siento esa capa en cuanto intento llevar a cabo una acción que pueda desatar cierto conflicto. Qué basura! Así que supongo que el día que explote, os vais a cagar.

Joder!!!

Bohemia, arte, suicidio y autodestrucción

Veo en la tele, que en una serie de sobremesa, hay un personaje: escritor (guionista), bohemio, alcohólico, autodestructivo. Y va, y se suicida. Claro, lo normal para ese tipo de personajes.

¿Y por qué yo tengo deseos de convertirme en este tipo de personaje? Bueno, yo tenía esos deseos, y en parte mantengo estas fantasías... está claro que es un personaje especial, creativo, al margen de lo establecido, individual, creativo...
Pero ahora ya no lo hago con seguridad. Antes, perseguía ese modelo como una fantasía: dedicarme a arte con devoción, etc. hasta lograrlo profesionalmente; viviendo de manera bohemia si es preciso, etc. porque aparte del arte, ¿qué otra cosa hay en mi vida?
Pero ahora tengo miedo, a convertirme en eso: en un fracasado, un perdedor, etc. muy sensible, además, a esos fracasos. A llevar una vida desgraciada y en soledad, y en última instancia, a suicidarme.
Nunca había tenido miedo al perseguir "mi sueño" de convertirme en alguien así. Tenía la sensación de autoconfianza, de autocontrol... ni se me pasaban por la cabeza este tipo de catástrofes. Vamos, si se me venían a la cabeza, me reía de ellas: era evidente que no eran reales. Pero ahora sí me parecen reales, o así las siento.

Cada vez menos, pero me parecen al menos, no irreales, es decir, posibles en un futuro. Y lo que era entonces caminar hacia ese "sueño", ahora es para mí caminar hacia mi autodestrucción. Y al no aceptar como buena ninguna otra cosa, me retraigo y me anulo.

jueves, 10 de enero de 2008

Siempre preparado para todo

Tengo la sensación de tener que estar pendiente en cada momento, de "que no ocurra algo gordo". Estar siempre preparado para que en un mail que abra aparezca una mala noticia, cuando uno me habla, etc. Que no puedo concentrarme mucho en una cosa, por tener que estar preparado por si algo fuerte pasa.

Abrazar la tristeza y el vacío

¿Es posible caminar por la vida, conscientemente, y además no sentirse triste porque la vida de uno no tiene sentido?

A ver: sí es posible. Pero, es que para mí es tan triste... bueno, es que en general, últimamente todos mis análisis se dirigen hacia la conclusión triste

De alguna manera, creo que tiene que consistir en un cierto estado de despreocupación, que yo lo asocio como dar parte de la responsabilidad a: el sistema. Pero es que como no confío mucho en el sistema... la verdad es que mejor encomendárselo a alguien como Dios, donde es imposible penetrar, y así te despreocupas de verdad, pero es que tiene una pega: que Dios no existe. A ver si con eso que llamamos Orden Natural me vale...

miércoles, 9 de enero de 2008

Depresión

"Los hombres me han llamado loco, pero aún está por aclararse si existe la locura o si no se tratará de la más elevada inteligencia. Si mucho de lo que es maravilloso, si todo lo que es profundo, proviene de desvaríos del pensamiento, de los humores de una mente exaltada a expensas del común entender."
Edgar Allan Poe.

"Mi vida se había detenido de golpe. Podía respirar, comer, beber, dormir. En realidad, no podía evitar hacerlo, pero no había una vida verdadera en mí".
León Tolstoi, hablando de su crisis depresiva.

Descubrir que yo también podía caer en la depresión profunda, removió mis cimientos e hizo caer el Partenón de mi persona. Me consideraba suficientemente fuerte como para defenderme adecuadamente contra eso, ya que otras veces había estado en el borde y siempre había salido airoso. De hecho un pensamiento que me reforzaba en los momentos bajos, era pensar que "yo siempre he sabido salir de estas cosas". Que ahora ya no tengo en absoluto, tan bajo estoy (o he estado, ya que empiezo a notar esa vuelta a ser yo).

He leído en la "Muy interesante" un artículo sobre la depresión, que me ha tocado bastante. Es un artículo muy completo y conciso sobre el tema, y muy práctico también.

Intensidad

En cuanto a la intensidad, los episodios depresivos según la OMS se clasifican en leves, moderados o graves.
Leve: El paciente puede llevar a cabo la mayoría de sus actividades diarias.
Moderado: Si tiene grandes dificultades para continuar con su vida cotidiana.
Grave: Si la mayoría de los síntomas están presentes de forma intentsa y la idea de suicidio o autodestrucción se hace frecuente.
A la luz de esta clasificación, no sé en cuál de estos estados me encuentro ahora. Pero me es evidente que he pasado por el grave. Y también que ahora mismo no estoy en el grave.

Tipología

Normalmente se habla de dos tipos:
Transtorno depresivo mayor - letargo prolongado, gran apatía, estado de ánimo permanentemente triste, una forma de ver el mundo que lleva a la desesperanza, hasta que en algún momento recupera la normalidad. 6,4% de la población activa.
Transtorno bipolar (o transtorno maníaco depresivo) - Dos fases que se alternan: en la maníaca, se tiene excesiva autoestima y confianza en uno mismo, se duerme poco, se habla y piensa mucho muy deprisa, conducta impulsiva, a veces inapropiada. Incluso momentos de agitación y pensamientos delirantes. Durante la fase depresiva, se cae en los síntomas habituales de esta enfermedad. Normalmente, la fase depresiva dura mucho más que la maníaca. Un 1% de la población activa.
En cambio, en EE.UU., los días de trabajo perdidos y costes laborales a causa del transtorno bipolar doblan a los producidos por depresión mayor.

Suicidio y depresión

- Es un mito decir que quien amenaza con el suicidio no lo lleva a cabo. La mayoría de los suicidas habían hablado de ello.
- El factor principal es la desesperanza y la sensación de indefensión ante la vida. El riesgo mayor se da en personas que están descorazonadas porque creen haberlo intentado todo y piensan que su vida ya no puede cambiar.
- La sugestión social es importante. La incidencia aumenta tras casos que han recibido mucha publicidad.
- La mayoría de los suicidios en las depresiones se dan en la fase de recuperación y no cuando uno está tocando fondo. Esto es así, porque al ir recuperándose, uno se encuentra con poder para hacer las cosas que uno desea hacer, ya que estando en el fondo uno no se siente con fuerzas para emprender acción ninguna. Personalmente, creo que me encuentro en esta fase, en la de recuperación pero sin haber perdido los sentimientos de autodestrucción, así que tendré que tener cuidado.

Distorsiones mentales más comunes

- Inferencia arbitraria: Llegar a conclusiones negativas aunque no haya evidencias que apoyen nuestra idea, o incluso aunque los hechos sean contrarios a nuestra hipótesis. Por ejemplo, mi pareja no me quiere aunque me esté continuamente manifestando cariño: "lo dice porque le doy pena", "lo hace porque le interesa", o como yo mismo pensaba, "Sí, pero lo dice porque ahora mismo está enamorada. Pero, ¿cuánto durará esto? Y, ¿qué pasará cuando termine? Seguro que entonces se busca a otro y me deja tirado".
- Abstracción selectiva: Consiste en centrarse en un detalle extraído fuera de contexto ignorando el resto, que es más relevante. Centramos toda una experiencia en un (a veces, minúsculo) detalle negativo.
- Sobregeneralización: Elaboración de una conclusión general a partir de uno ovarios hechos aislados y aplicarla a situaciones no relacionadas entre sí.
- Maximización de lo negativo, minimización de lo positivo.
- Personalización: "Mis padres se separaron por mi culpa". O como yo pensaba: "La relación no ha funcionado por mi culpa, porque ella me quería.". Y la verdad, me es difícil no pensar así incluso actualmente.
- Pensamiento dicotómico o polarización: O es blanco o negro: los grises no existen.

Consejos para combatir la depresión

- Construir un "termómetro" personal para medir el grado de melancolía.
A cada cual le afecta de una manera personal. A mí, por ejemplo, me afecta haciendo que deje de disfrutar de cosas que normalmente me gustaban (música, cine, etc.). También puede afectar en la disminución del deseo sexual, o motivación para el trabajo(aquí también me afectó).
- Intentar explicar a los demás lo que esperas de ellos: Decirles si lo que quieres es que ignoren la enfermedad para que normalice la relación, o que te pregunten y se interesen por tu estado anímico continuamente. Esto es muy difícil, porque yo recuerdo no tener claro lo que era mejor, ni lo que yo prefería, etc.
- Normalice sus reacciones: No estás loco: simplemente eres una persona sana pasando por un mal momento. Es normal llorar, tener miedo al futuro, sentirse solo, cuando se está en la depresión. Como temporal que es la depresión, cuando se alivie y se pase, estos síntomas irán desapareciendo.
- Intenta recuperar la sensación de control interno. Procurar estar activo, obligarse a hacer actividades aunque falte motivación: salir a correr por ejemplo, a mí me ayudó mucho cuando lo empecé a tomar como una "medicina": es que lo es! Se trata de dedicarse a aspectos de la vida que uno puede controlar: higiene, orden, búsqueda de placeres sencillos, ritmos de sueño y alimentación. La depresión es un círculo vicioso y romper el círculo por cualquier parte es el principio de la curación.
- No magnificar lo que pasa. Todos los síntomas son transitorios. Piensa en los últimos días, podrás encontrar cosa buenas que ha habido entre los problemas y que dependen de la forma de afrontar el mundo.
- Orientar el pensamiento hacia el futuro y la búsqueda de soluciones. No insistir en el pasado. En Gestalt hablaríamos más del presente y el futuro práctico, que es una extensión del presente.
- Recuerda las estrategias de otras veces, de otras crisis vitales: te habrán servido alguna otra vez, seguramente vuelvan a funcionar ahora.
- Busca redes sociales o familiares en las que apoyarte. Los demás te ayudarán a volver al fluir cotidiano.

Extractos interesantes

- Se trata de un círculo vicioso, en el que la solución suele venir porque algo rompa ese círculo, sea lo que sea, y entonces dejen de actuar esos mecanismos.

- Es temporal. Según Darwin, la tristeza "es una buena forma de adaptación que ayuda a que una criatura se cuide a sí misma contra cualquier peligro grande o repentino". Yo añado, que es como una fiebre, que eleva la temperatura con objeto de eliminar al agente patógeno. Pero, la fiebre alta, aun siendo una autodefensa, puede causar daños graves e incluso la muerte del individuo, como la depresión.

- Está agravada por la falta de estímulos. Esto hace que los mecanismos depresivos no encuentren un "enemigo" y se expandan.

- Las personas deprimidas tienden a explicar los hechos malos como algo estable "va a durar toda la vida", global "va a afectar a todo lo que hago", e interno "la cupla es mía".

Churchill la definía como un perro negro que le perseguía de vez en cuando, Lincoln era muy retraído y sus allegados temían que se suicidara, y el filósofo Bertrand Russell, que por cierto alcanzó una edad muy avanzada manteniendo su pensamiento lúcido, y autor de entre otros el libro de introducción a la filosofía "Los problemas de la filosofía", que recomiendo encarecidamente, no se suicidó en su día simplemente porque quería aprender más matemáticas. Todos ellos lucharon contra la depresión y rompieron el círculo.

Espero que este mini-artículo sobre la depresión, como digo, basado libremente en el artículo de Luis Muiño en Muy Interesante, sirva a algún lector en su camino.

lunes, 7 de enero de 2008

Vuelvo a ser yo

Siento que, al parecer, por fin, está volviendo el viejo yo, el que estaba escondido.
El que se asusta cuando le dicen que así no son las cosas, y se lo cree, pobrecito. Empezando a salir de ese estado, precisamente.

Siento tensión en el estómago, como todas las tardes, pero mejor, mejor sentida. O al menos, presión sin miedo, sin malicia. Con control.

Aun no me he liberado de todas maneras, de muchos pensamientos negativos. Y veo que estoy empezando a mirar por el abismo, pero que a la vez el abismo caótico que es la vida, me da miedo. Y encararlo de otra manera me da miedo, pero miedo a sentir después que no la he vivido, que desperdicié la vida.

Curación o perpetuación de la neurosis

Otra neura que tengo es:
"No sé si me estoy curando, o estoy yendo al revés: es decir, en vez de curarme, estoy perpetuando la enfermedad, diseminándola y aliviándola pero a la vez haciéndola fuerte"
Estoy lleno de dudas en este sentido la verdad.
Lo que pasa es que, cuando uno duda entre varias cosas, y de ellas no queda tranquilo hasta que no elige la más baja, yo puedo llegar muy bajo. Miedo.
"Y tampoco sé con qué me gustaría quedarme, hasta dónde quiero llegar, hasta dónde puedo llegar, con qué me contentaría, si es que con algo."

Despacio para no perder el control

Ayer por la noche tuve este pensamiento:
"Voy despacio, intentando mantener todo bajo control, porque tengo miedo de lo rápido que va mi cabeza, y entonces lo hago para que no se embale y se ponga fuera de control, como me ocurrió en Amsterdam por ejemplo, cuando de tanto embalarse mi cabeza perdió el control."
"Por eso debe ser que ocurre eso, que muchas veces pasa, que cuando destacan de jóvenes/niños, luego se 'echan a perder', se vuelven un poco tontos y tocados del ala."

Miedo al amor

Una compañera de piso de Francia me dijo una vez que yo tenía miedo al amor.
Creo que tenía razón, que dio en el clavo. El amor, tanto el que se me profesa como el que yo profeso, me da miedo. Me da miedo tenerlo, porque es como evidenciar una debilidad, el necesitar a otra persona: es algo que yo no acepto de buen grado, me parece malo. Y así, cuando alguien se enamora de mí de verdad, hasta el fondo, empieza a darme repulsa, ya que alguien así no es quien yo quiero porque eso evidencia su debilidad, y se apoya en mí.

Entendiendo debilidad como imposibilidad de ser responsable de lo suyo y necesitando echar su peso encima del otro, responsabilizar al otro de su felicidad. Que alguien me diga que me quiere mucho, no me agrada nada, me repugna. Si mi ex no me hubiera hecho saber que me quería tanto, ni me hubiera dicho esas cosas tan "bonitas" que me decía, quién sabe lo que hubiera pasado. Pero en fin, ya seríamos otras personas entonces.

domingo, 6 de enero de 2008

Gestalt y fe

A veces me parece, que en todo esto de lo que se da en llamar crecimiento personal, búsqueda de uno mismo y demás zarandajas, hay mucho de tener unas consignas e intentar que sean verdad, que se cumplan para uno, intentar creérselas. Autoconvencerse de que es así, y que a fuerza de eso uno se acerque más al ideal espiritual. Cuando nos alejamos de sentir esos preceptos, eso se considera debilidad, problema, algo contra lo que luchar, un indicador de que no estamos iluminados todavía, de que nos falta camino por recorrer.

Esto es, básicamente, buscar la solución en la fe. No se va mucho de otros tipos de fe, salvo en que se utilizan otros preceptos. Pero comparten la necesidad de preceptos. En el caso de la terapia gestalt, los preceptos tienden a los proverbios zen, etc. Cosas a las que recurrir en momentos en los que te has perdido: igualito que la figura de Dios, que siempre está ahí para acompañarte.

A título personal, quizá la fe sea simplemente, una herramienta evolutiva que nos ayuda a los seres humanos en nuestro periplo por esta vida, ya que nos aporta tranquilidad y bienestar al menos momentáneamente. Pero para eso hay que creérselo, y yo le tengo mucho rechazo a la fe por la fe misma, aunque me ayude, porque veo lo que hay detrás: suposiciones, fantasías. La construcción de un mundo imaginario como defensa ante el real.

Vale, sí: ¿y no es esto lo que hacemos todos los días? Quizás mi carácter narcisista sólo acepta la fe construida por mí mismo y no por otros.

La vagancia y la novedad

Me siento tenso, con ganas de actividad pero sin hacerla, sin saber qué hacer. Tengo ideas pero no cojo ninguna con fuerzas suficientes como para rendirme a ella y hacerla y disfrutarla plenamente.

Creo que si no tuviera que defender ningún estatus, es decir que estuviera limpio de pasado, me lanzaría a esas cosas nuevas, ya que nada me ataría a defender una manera de ser especial, o unas expectativas, propias y ajenas. Es lo que me pasó en Nottingham, de hecho. Reacciono mejor ante situaciones nuevas que ante situaciones conocidas, ya que éstas al ya ser conocidas, no me aportan mucho. Las nuevas en cambio me obligan a estar en el sitio.

Esto me recuerda a Vassily Ivanchuk, un jugador de ajedrez genial, que dice sentirse más creativo cuando juega posiciones en las que todavía no tiene ideas prefijadas, porque son nuevas para él y no vienen de análisis previos. En cambio, en aperturas o sistemas "trillados", no se siente tan libre, ya que tiene prejuicios (juicios previos) a la posición y entonces las ideas no fluyen con libertad.

Quedarse en casa y movil apagado

Ayer no salí, tenía una mezcla entre inapetencia de ver a gente, y inapetencia de salir de casa. Me apetecía más estar leyendo un libro tan tranquilo dejando que el tiempo pase... pero bueno, finalmente no leí nada, sólo me eché a dormir pronto, sobre las 23,30.

Tuve muchos pensamientos, y el fondo autodestructivo sigue ahí. Sí conseguí que no "se me subieran a la cabeza", y que por lo tanto no se me manifestaran físicamente como aceleración del ritmo cardíaco, regomello estomacal, tensión en las articulaciones, etc. Aunque sigo pensando que en realidad, la cura sería que no aparecieran esos pensamientos autodestructivos y negativos, pero en fin, el caso es que están ahí.
Tuve varias "revelaciones" de las cuales no me acuerdo mucho. Pensé en apuntarlas pero me dio pereza. Para relajarme, empecé a tocarme y me masturbé, y me quedé más tranquilo, aunque después como me suele pasar, se me vienen pensamientos a la cabeza, no de culpa, sino de posibilidades futuras... y mi actitud respecto a las mujeres, en general y en particular, mezcladas. Recordar el cuerpo de mi ex e imaginarme acariciándolo, repasando sus curvas con mi mano, me gusta.

En cualquier caso, era como una prueba a mí mismo, para ver si podía soportar el aguantarme, el estar conmigo mismo durante la noche del sábado, cuando se me supone que tendría que estar por ahí. Para que no me llamara nadie a dar el coñazo, apagué el movil. Casi me sentía culpable por hacerlo: ¡no! Debería sentirme orgulloso! Parece como si que, por el hecho de ser un nodo de la superred en la que nos encontramos, le debemos la cortesía de estar siempre "on", siempre conectados. Yo que era detractor del móvil de todas todas... hay que ver como me dejo llevar. ¡Y no quiero!

Esta mañana he estado en la cama hasta las 14,00 es decir que he estado sin levantarme de la cama unas 14 horas. Y no me hubiera levantado. Estaba metido en mis ensoñaciones de todo tipo, semisueños. Quizás desde las once hasta las dos he estado inmerso en ellos, pero en realidad, uno nunca sabe. Ha habido varios sueños, ninguno pesadillas, tenía una sensación endorfínica.

Me han llamado a comer mis padres y me he levantado, aunque, me hubiera quedado en la cama hasta las mil, o al menos hasta que me apeteciera.
Mis ensoñaciones no me estaban generando intranquilidad, sino todo lo contrario, y eso es algo que no me pasa a menudo. Eran fantasías bastante agradables, sin grandes dramas.

Hoy domingo, tengo ganas de hacer algo, quedar con alguien, no sé, algo productivo de alguna manera. Por ejemplo, dar una vuelta con el día espléndido que hace, llamar a gente y quedar a tomar algo, etc. Pero, en fin, aquí estoy frente al ordenador escribiendo. A ver qué hago.

viernes, 4 de enero de 2008

La introversión y el rival más débil

Hay un comportamiento que yo tengo, y que creo que es propio de personas introvertidas o inestables, que es el de empatizar con el más débil del grupo en el que uno se encuentra.

De tal manera que uno desarrolla una actitud en ese grupo que iguale al menos a la persona aparentemente más introvertida y callada. Es como si se formara un rango de posibles personalidades en lo que a introversión-extroversión se refiere, entre todas las existentes, y de ellas se elige el menor rango, porque es el que menos energía requiere, el que menos necesita "defender" sus opiniones (porque se esconde), sin que le tomen por un bicho raro. Como ya hay otro, yo tengo licencia para ser así también. En otro caso, éste se sentiría violento, y tendería a más extroversión, quizás incluso fingiéndola, para sentirse más integrado, ya que el rango se ha reducido y el mínimo de extroversión ha crecido.

Además, tenderá a darle conversación y encontrará afinidad en el rival más débil. Uno rara vez se sentirá bien en un grupo cuando hay alguno que no se sienta bien: primero los demás, luego él; la necesidad de los demás como medio para eludir la responsabilidad de vivenciarse a sí mismo.

PS. Quizás en otras personalidades se manifieste como superar al rival más fuerte, una especie de competición. Aunque no descarto el elemento competitivo de lo expuesto arriba, competición por ser el más débil.

PS2: Utilizo el término "rival" por la analogía con la frase hecha. Pero, de hecho, no está mal el concepto de velada competitividad (y/o cooperación) que el ego propone.

Salí de casa con la sonrisa puesta

Hoy he pensado en salir a tomar algo, cenar y echar unos juegos con unos colegas que siempre van a un sitio los jueves, con los que cuando voy casi siempre termino volviendo a casa sobre las cuatro de la mañana... pero bueno, al lío.
El caso es que me apetecía ir, pero no tanto ir solo. Pero la cosa es que sé que, cojones, si quiero ir yo solo, ¿porqué no voy a ir? Hubiera ido si alguien de mi barrio, que no suelen ir por allí, hubiera dicho que sí a mi propuesta (el sitio está bastante lejos de mi casa y si no hubiera tenido que volver solo). Pero, ¿qué más dá? ¿Por qué cojones me ha salido una resistencia interior que me ha hecho conformarme con un plan mucho más cómodo pero menos halagüeño en cuanto a diversión?
Pensaba en qué haría allí, en si estaría a la altura, si no me quedaría empanado y eso no hablaría muy bien de mí, y tampoco yo me lo pasaría bien.

Bueno, pues si es que no me apetece, pues vale: no me apetece. Pero era que sí, y yo mismo me he autocensurado... y lo que más me jode de todo: que me siente mal, que me dispare emociones negativas dentro (regomellos).

Así que bajé con mi hermano al bar de abajo un rato. Sin la sonrisa puesta. Y luego, bueno, pues ni bien ni mal, algo aburrido, poco divertido... pero cómodo. Pero es que no acepto eso: es poco para mí. Ya ves.

jueves, 3 de enero de 2008

El tener que

Tengo la sensación de que todo lo tengo que hacer. Nada lo hago por mi propio gusto, no disfruto plenamente haciéndolo. Cuando lo hago, no puedo estar tranquilo, me cuesta mucho darme el tiempo que necesito para disfrutarlo y hacerlo bien. Incluso, como si fuera obsceno el disfrutarlo, me sale un resorte interior de la parte del corazón que me acelera... que se parece al miedo a ser descubierto.

Oye, quizás es eso: el miedo a ser descubierto haciendo eso, gozando. Gozar es algo que no me permito delante de mi familia. Qué se van a pensar.

Qué tontería, ¿no? Pues es así. ¿Sería mejor irme de casa, intentar olvidarme de estas relaciones familiares que me tienen atado y dejar por imposible lo de sentirme bien con mi familia, o bien intentar sobreponerme y autoreafirmarme?
Quizá la solución esté más por el medio. Recuerdo que cuando me fui de Erasmus la primera vez, me "olvidé" mucho de la familia, desde luego que me deshice de todas esas inhibiciones, exigencias, etc. y sentí la libertad, la libertad. Pero al volver, qué mal lo pasé. Me cuesta mucho imponerme y luchar si tengo que hacerlo.

Autorregulacion organísmica o no

Ya hace tiempo que no voy a terapia personal, unos dos meses.
Me siento más en contacto conmigo mismo. A veces pienso, cosa que ya pensé en su momento, que mi ego engañaba a mi terapeuta para llevarle por caminos que mi ego quería y a mí mismo, claro. Y que lo que hacía al hablar de mis cosas, casi siempre llevaba un fondo negativo.

Aun con todo, hay dos cosas que me joden particularmente.

Una son los síntomas físicos que todavía tengo, que aparecieron desde mi momentazo con las drogas, una experiencia puntual, nada más romper con mi ex, que me causó un declive total en mí como nunca antes había vivido, ni habría imaginado que fuera posible en mí nunca. esto es lo físico.

Otra es el hecho de que, aunque voy cogiendo confianza y tal, me siento incómodo e inseguro conmigo mismo y con los demás. No veo el sentido de mi vida, como se suele decir. No sé disfrutar de las cosas... o se me ha olvidado. Los pensamientos autodestructivos siguen ahí, aunque sea de fondo, y su penetración sea menor, pero es cierto que siguen ahí. Tengo sensación de inestabilidad. De no saber qué hacer con mi vida, conmigo. De estar destinado a tener un final trágico que justificara todo lo demás. Y que la gente diga, fíjate, con lo brillante que era, y lo inteligente. Fíjate.
Veo que en estos pensamientos, lo que se prima es el ego, la imagen de mí que quedaría, y no yo mismo. Es decir, que estoy identificándome con la gente, la sociedad, etc. y no conmigo mismo. Si me importara de verdad un carajo lo que pensaran de mí, ¿para qué pensar en la imagen? Esto me revela que sí, que me importa, que uso a los demás para definirme, a la manera típica del narcisista.

Cuando pienso en estas cosas, la verdad que me preocupa. No veo o no siento ahora mismo todas esas cosas que otras veces sí he sentido: la libertad, el goce de sentir y de ser. Quizás es que soy hipersensible y tanta sensación me sobrepasa.

Recuerdo que, toda mi vida, no he probado el tabaco porque sabía que provocaba adicción - y por lo tanto, yo como humano podía caer en la adicción. Profilaxis. Está bien, porque no fumo y no tengo el vicio, pero esta actitud no te enseña a luchar contra las adicciones.

Hay que ver.

El OG miedoso de ser descubierto

Últimamente me estoy aficionando al rap. El rap costa oeste, el de Los Ángeles, el de los negratas con pistolas, el de los Original Gangstas.
Ahora que pocas cosas me generan motivación, el rap ha surgido como algo que expresa deseos de rabia, inconformismo, poder, supervivencia... cosas con las que me identifico y me apetece expresar. Sobre todo la rabia.

Antes, duchándome, se me han ocurrido buenas letras siguiendo una cancion que estoy oyendo bastante ultimamente y cuyo ritmo me gusta. Entonces me sentía bien, pero ahora, después de haber estado con gente, habiendo salido de mi "guarida" emocional y encontrarme con gente, me causa nervios e inseguridad el enfrentarme a ellas de nuevo, y pensar que alguien las lee. Ofrece información acerca de mí, y eso va contra mis principios. ¡No me jodas!

Tengo la sensación de que si viviera solo, menos atado por el conformismo obligado, expresar esas cosas sería casi como una obligación para mí, aparte de una vía de expresión y escape... pero no sé si quiero que la gente las oiga. Es decir, si la oyen mis amigos, me identificarán con esas letras que quizá no pensaban que podían salir de mí (bueno... ya he publicado cosas de las que hacen enrojecer así que tampoco creo que se extrañaran mucho). Pero, quizá no concuerdan con mi manera de ser, como si estuviera mintiendo, y de nuevo no me aceptaría mintiendo. Siento que alguien me diría: "por qué escribes eso si no es lo que sientes, si no es verdad", y me desmontaría y yo me quedaría de una pieza. Qué miedo. De verdad. Miedo a ser descubierto.

Estabilidad y rutina versus novedad y estímulo

Acabo de pensar una cosa.

En mi familia, lo que ha primado siempre es la estabilidad. La rutina. Hacer siempre las mismas cosas, rara vez cambiar, hacerlas de manera diferente.
Desde luego mi padre, de quien he tomado mucha parte de mi forma de ser, es una persona de costumbres. Le acostumbras a hacer las cosas, y el las hace así. Y hasta entonces no las hace así. Pero le cuesta pensar por sí mismo, razonar; no es inquieto para nada.
Mi madre si tiene inquietudes, pero por encima de todo prima su amor por lo estable, que todo siga como está. No le entusiasman los cambios.

Yo siempre tengo curiosidad, inquietud mejor dicho. Por cosas nuevas, de hecho me cuesta disfrutar de cosas que ya conozco, que ya he experimentado varias veces, por tanto no me motivan tanto a la hora de ponerme a hacerlas.

Cuando he vivido solo, raro era el día que no me apetecía hacer nada, algo tiraba de mí para ponerme a hacer alguna cosa que me estimulara, y que no significara simplemente "pasar el tiempo". Tengo miedo de eso ahora, ya que me parece que puede significar entrar en una espiral de "dominio del lado derecho del cerebro", que aunque es más creativo, también es más dado a la locura (esquizofrenia, etc.)

Últimamente, siento que yo mismo me censuro estas cosas, y no llegan a salir de mí.

1. Porque mi rol es el de hacer las cosas bien, no hacerlas porque yo quiero, cuando yo quiero, como yo quiero. Haciendo las cosas bien evitas el conflicto, y si no puedes hacerlas bien entonces el camino para evitar el conflicto es no hacerlas.

2. Tengo la sensación que salirme de esos patrones me llevaría a la locura. A que me dé a mí por guiarme por esas cosas "locas", irracionales, que me apetece hacer a veces. De mí, tan racional, no se esperan esas cosas. Tendría que "mantener", "defender" esas posiciones locas, y yo mismo no me siento muy identificado con ellas, aunque sí parcialmente. Pero yo mismo no me siento en control de qué parte quiero seguir teniendo, qué parte no, quién soy yo en definitiva y con qué disfruto. Me veo débil y, en caso de que por ejemplo me enemistara con mi familia, tengo miedo de no saber llevar el timón de mi propia vida.

3. Tengo la sensación de ser juzgado. Al menos, observado continuamente.

martes, 1 de enero de 2008

Sensacion del fondo autodestructivo

Tengo una sensación: que en cualquier momento se pueden "torcer las cosas", sacar mi faceta autodestructiva y mandarlo todo a la mierda. Me gusta el nombre del "fondo autodestructivo".
Y que a la larga, en los momentos críticos, eso me joderá, vaya. Y eso me hace no tener esperanzas respecto a las cosas... es angustioso.

Nota: Para mí, los momentos críticos no son esos momentos concretos donde hay que hacer algo bien o mal, sino los largos periodos sin cambio, eso es lo que yo no se soportar.

Entender al otro

¿Por qué necesitamos entender al otro? Yo sí tengo esta necesidad cuando tengo una relación: entender por qué el otro me quiere, qué es lo que le gusta de mí. Si no lo entiendo, no estoy tranquilo.

Pero en realidad, ¿qué sentido tiene centrarse en eso? ¿qué
gano sabiéndolo? Me deja más tranquilo, pero a la vez me imposibilita el disfrutar del mero hecho de ser querido. Es un obstáculo, lo sé. Pero me sale instintivamente.

PD. Digo instintivamente, y no automáticamente, porque creo que sí viene del instinto de saber, controlar lo de alrededor.