Está todo hecho ya, no importa lo que hagamos.
En una perspectiva global, es así.
O sea que no hay razón real por la que darse mucho mal. Si nos damos mal es porque queremos.
Siempre he pensado que la mayor parte de los problemas del mundo, se solucionarían si cada cual se ocupara de los realmente suyos, sin meterse en los de los demás.
Meterme en los de los demás, significa que quiero hacer lo del otro.
Dejar que se metan en los míos, significa querer que otro haga lo mío.
Si Hitler se hubiera ocupado de lo suyo, quizá no hubiera invadido Polonia.
Hala, ya tuvo que salir Hitler por algún lado.
martes, 15 de enero de 2008
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