jueves, 29 de noviembre de 2007

Indiferencia endorfínica

Hoy he estado todo el día en casa.
Siento una extraña indiferencia... bueno, no es tan extraña en sí. La reconozco. La he tenido otras veces, pero hace mucho tiempo. Es una indiferencia endorfínica, o el principio del camino hacia ella. Esa indiferencia endorfínica, en la que el ego no existe y el yo importa pero a la vez no.
Sin embargo, siguen ahí el dolor de estómago y el de corazón, aunque suaves.
Me doy más manga ancha en la relación con mis padres, sobre todo es conflicto. Salto a la mínima en cuanto mi madre pisa un poco la raya del "hacer de madre" (ponte el cuello de la chaqueta bien, tomate las medicinas, pero las que a mí más me molestan son aquellas obviedades, en las que lo único que hace es mostrar control.) Creo que le salen automáticamente, y sobre todo le salen porque yo ahora soy el débil, no doy puñetazos en la mesa, con lo cual ella tiene la sensación de que todavía necesito de ayuda materna. Como si fuera un adolescente de nuevo.
Y yo me resistía a ese juego... porque yo no me acepto como adolescente orgulloso y respondón. No lo hice en su día tampoco. Pero quizá es eso a lo que tengo que jugar para hacer ver las cosas. Así que sí, tenemos ahí una batalla abierta. Afortunadamente, somos gente sensata y la sangre no llega al río, no pasa del momento en el que ocurre.
Y puedo notar cómo a raíz de mostrar mi lado "malo", me doy libertad a mostrar mi lado "bueno".

martes, 27 de noviembre de 2007

De la relación terapeuta paciente en Gestalt

La terapia gestalt me recuerda bastante el modelo del maestro-aprendiz de la tradición oriental.

Pero, ¿cómo puede alguien auto-erigirse en maestro, cuando está preconizando la humildad? Aunque esté diciendo que igual de importante es la transferencia que la contratransferencia, aunque esté diciendo que lo mismo aprende uno que otro... el caso es que yo estoy aquí, tú estás allí. Yo te pago a tí, tú recibes dinero de mí.

De aquí que una amistad profunda es irremplazable por una relación terapeuta-paciente. En la amistad, ocurre la transferencia en ambos sentidos, con verdadera igualdad de condiciones, lo que en una relación de terapia es el límite deseado al que se tiende pero nunca se llega. Contra lo que el terapeuta lucha, pero nunca derrota. El mejor terapeuta llegará más lejos, pero nunca conquistará el sol.

Lo dicho no invalida la terapia gestalt, ni otro tipo de terapia. A falta de pan, buenas son tortas. Pena que falte pan.

Sobre la existencia de Dios

Dios existe para aquellos que no tienen confianza en el ser humano o en el orden natural, que les hace sentir intranquilos. O lo que es lo mismo: que no tienen confianza en sí mismos.
Si no fuera así, ¿para qué necesitan a Dios?
Yo no tengo confianza ni en el orden natural, ni en Dios. Es decir, no tengo confianza en mí mismo.

lunes, 26 de noviembre de 2007

La nariz taponada

Tengo la nariz taponada. Estoy algo congestionado en general.
Este sábado recibí la noticia de la muerte del hermano de un amigo, al que yo no conocía. Se había suicidado.
Aquél día dormí muy poco, me atacó la idea de qué pasaría si yo me suicidara, qué se le tenía que pasar a él por la cabeza para llegar a hacerlo, qué sienten los de alrededor... etc. Tampoco fue demasiado, pero era suficiente como para mantenerme en vela. Aunque después del entierro del día después, todo aquello se ha desvanecido bastante.
Me siento distante del mundo. Como si fuera un apegado. Uno de segunda. En las reuniones de amigos, en la familia. Distante de la realidad. Y entrar en el círculo de la realidad me implica tanta energía que no puedo soportarlo. Además me deja resaca de tensión en el estómago.
No tengo metas, de manera que no tengo algo que me empuje a dedicarme a eso y olvidarme de darle vueltas a la cabeza. Me siento como si estuviera haciendo cosas, por hacerlas.

Hace mucho que no me siento libre, flotando, como cuando hacía el amor con Y, los primeros días, y sentía el mundo como un sitio para ser recorrido, disfrutado.
Me sentía ilimitado, sin tapujos, sin miedos.

Me importa un cojón los temas de interés de mi familia.
Aunque quizás, sólo se trate de algo de lo que hablar, algo que compartir, en el fondo. Pero es que me importa un cojón. La verdad es que estoy a la defensiva, con ellos. Cuando me habla mi madre, mi padre, no veo más que las figuras creadas. La figura paterna, distante, de parca comunicación. Sin inquietudes. De la figura materna, sus ojos inquisidores, controladores. Si se me sienta al lado, noto la tensión, su preocupación acerca de mi estado. Se preocupa por mí. Y eso me disgusta, me tensa. No sabe cómo comunicarse conmigo. Pero yo tampoco quiero, porque mi relación con ella me disgusta. Cada vez la veo más considerarme un niño débil. Sin querer hacerlo, pero es la única manera que ella conoce para relacionarse: hablar. Supongo que piensa que me incomodaría el contacto directo. Y sí, me incomoda, pero es algo que tenemos que superar.

sábado, 24 de noviembre de 2007

Ego y yo

¿Será que desarrollamos el ego, sólo cuando nuestro yo se ve bloqueado?
Por ello cuando nuestro yo está bloqueado, necesitamos salir por alguna parte... por los caminos torcidos del ego.

Esto explicaría los caracteres sencillos, energéticos y tranquilos,
en oposición a los caracteres complejos, temerosos, huidizos, nerviosos, intranquilos.

Motivación

Creo que la mayor parte de la gente son autómatas, humanos semi-zombies. Siempre lo he pensado.
Hago la formación en terapia gestalt porque me he convertido en uno de ellos.
Y quiero dejar de serlo.

viernes, 23 de noviembre de 2007

Presentación

Hola.
Hoy empiezo el curso de Terapia Gestalt.
Mi intención es escribir aquí mis impresiones y mis reflexiones a lo largo de la terapia. Así podré hacer un seguimiento de mi proceso y el de mis compañeros. Además de servirme de diario, espero que sirva para que otra gente conozca más de cerca lo que significa la Terapia Gestalt.
Nombraré a cada cual con una letra, a medida que vaya apareciendo gente en mi universo transaccional. Los profesores serán nombrados por números. En mis relatos yo seré X.

Empiezo un viaje hacia un lugar desconocido.
Bienvenidos.