Escribí ayer, en un bloc de notas:
Me siento más tranquilo, pero a veces también, más despersonalizado, menos yo, más una hoja en el viento sin rumbo, menos instintivo, más domesticado, recuperando la confianza en mí mismo pero a la vez sintiendo que nunca llegará a ser como la confianza que tenía antes, que venía del "porque sí", de la ausencia de miedo y de la ignorancia de los terrores que me asaltan ahora.
No sé si este es el "vacío antes del vacío", que me dice una prima mía, que aparte de ser Licenciada en Psicología su tendencia es el rollo Gestalt que le digo yo.
Me noto con menos pegada. El otro día, en una partida de ajedrez de competición, me noté menos nervioso que otras veces, pero también con menos "ganas de ganar", no me "entregaba a la tarea" con todo lo que tenía.
Hoy en el trabajo he estado tranquilo, todo el rato; es decir, sin ratos de esos que te desquician, o en los que estás deseando que termine y llegue la hora, o que se te va la cabeza y te pones a pensar en tus cosas... menos a la hora de comer, ya que me incomoda estar con gente y no decir nada. Igualmente estar con gente, directamente, me incomoda si no me siento con la energía necesaria.
Aquí mi cerebro me dice que continúe la frase con "... para representar mi papel".
martes, 29 de enero de 2008
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