Hay un comportamiento que yo tengo, y que creo que es propio de personas introvertidas o inestables, que es el de empatizar con el más débil del grupo en el que uno se encuentra.
De tal manera que uno desarrolla una actitud en ese grupo que iguale al menos a la persona aparentemente más introvertida y callada. Es como si se formara un rango de posibles personalidades en lo que a introversión-extroversión se refiere, entre todas las existentes, y de ellas se elige el menor rango, porque es el que menos energía requiere, el que menos necesita "defender" sus opiniones (porque se esconde), sin que le tomen por un bicho raro. Como ya hay otro, yo tengo licencia para ser así también. En otro caso, éste se sentiría violento, y tendería a más extroversión, quizás incluso fingiéndola, para sentirse más integrado, ya que el rango se ha reducido y el mínimo de extroversión ha crecido.
Además, tenderá a darle conversación y encontrará afinidad en el rival más débil. Uno rara vez se sentirá bien en un grupo cuando hay alguno que no se sienta bien: primero los demás, luego él; la necesidad de los demás como medio para eludir la responsabilidad de vivenciarse a sí mismo.
PS. Quizás en otras personalidades se manifieste como superar al rival más fuerte, una especie de competición. Aunque no descarto el elemento competitivo de lo expuesto arriba, competición por ser el más débil.
PS2: Utilizo el término "rival" por la analogía con la frase hecha. Pero, de hecho, no está mal el concepto de velada competitividad (y/o cooperación) que el ego propone.
viernes, 4 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario