He perdido el sentido del gusto. Emocionalmente hablando, claro.
Yo, el de las cosas claras. No sé nada. Y me crea angustia. Y me crea inseguridad, al no saber qué quiero perseguir.
¿Cómo es esto posible?
martes, 18 de diciembre de 2007
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4 comentarios:
Te noto la angustia en las palabras, yo estaba ahí hace unos dias. Ahora me siento muy tranquilo de NO TENER QUE perseguir nada :)
Sí.
Has pasado de una cosa a la otra, en sólo unos días?
¿Cuál ha sido la receta milagrosa? En cualquier caso, aquí estaré si me quieres comentar algo, cuando la angustia vuelva. A poco ciclotímico que sea uno, estos accesos de lucidez semi-eufórica se retraen después...
Me alegro mucho, en cualquier caso.
jejeje, aquí en Gestalt no hay recetas mágicas hombre! en mi caso, acepté la mediocridad, que aunque suene triste o de resignación es justo todo lo contrario.
Si te sirve de algo estaba re-viendo Amelie en la televisión y de repente lo entendí todo, encontré un sentido a la vida ¡que se dice pronto! suerte en este camino de descubrimiento.
Ah si, yo también la vi, la re-vi más bien ya que la he visto un montón de veces.
Sí, siempre recuerdo la mano de Amelie sumergiéndose en el saco de lentejas.
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