Me siento vacío.
No sé en qué ocupar mi tiempo libre. Hago algunas cosas, pero me aburro en realidad. No disfruto con los pasatiempos, me parecen una manera de tirar la vida. Pienso si viviendo solo, me ocurriría lo mismo o si en cambio, me rebelaría contra estas cosas porque no tengo el modelo de mis familiares, al que me puedo adaptar, que es cómodo para mí.
Ellos se ponen delante de la televisión o del ordenador y se imbuyen y disfrutan de lo que sea.
(¿Disfrutan? Ya, eso no lo sé. Pero yo creo que sí disfrutan, se entregan).
Me siento muy mal, al ver que cuando tengo tiempo no sé en qué ocuparlo. ¿Qué falla aquí? Creo que está claro que algo falta, falla, que algo está pendiente. No me atrevo a tomar el control de mi vida porque esta que llevo es cómoda, pero a la vez me incomoda en cuanto que no me deja desarrollarme. Y tengo miedo de sacar de mí ese ser mío, ese poder, porque para salir de este rollo siento que necesito defensas que no tengo... ya, esto suena a excusa, ¿a que sí?
¿Qué pasa con mis deseos? Ni los veo. Es como si no me diera derecho a desenvolver el regalo de los deseos, de tal manera que se difuminan. Pero, ¿es así? Mientras permanezco en esta atmósfera amniótica, no sé lo que es realidad, fantasía, nada.
miércoles, 26 de diciembre de 2007
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