Por las mañanas me levanto en la mente, no en el cuerpo. Enseguida tengo a la mente pensando cosas, antes de mover el cuerpo. E intentando liderar al cuerpo desde la cabeza: "nos vamos a levantar en quince minutos a ver si se van mis padres del salón, etc." "¿Me levanto? ¿Debería levantarme? Ya sé que es mejor levantarme más pronto, pero bufff, total, vamos a poner quince minutos más..." O cualquier otra cosa, además me despierto con un regomello en el estómago normalmente, que lo genera también esta actividad mental paralizante, como si necesitara tomar una decisión antes de hacer un movimiento con el cuerpo y hasta entonces estuviera paralizado.
Este fin de semana no me pasó eso sino que descansé mucho, cosa que rara vez me pasa. No suelo poder descansar mucho de normal porque siempre tengo alguna cosa por la cabeza que me ronda, interesante o no, da igual... aunque al final del domingo me atacaban un par de cosas de nuevo, cosas cotidianas, nada filosófico.
Es curioso, es como si mi mente fuera a estar activa igualmente. "Si no llenas esta actividad con pensamientos o actividades cotidianas, reales, yo la llenaré con las movidas que se me ocurran". Uf, qué tortura no poder parar la mente.
Ahí andamos en el puto camino.
lunes, 25 de febrero de 2008
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