Recuerdo que después de mi ¿relación? con una chica, que pasó entre medio de las dos relaciones serias que he tenido, pero que fue muy fuerte emocionalmente, me quedé con la sensación de que esos enamoramientos tormentosos etc. etc. ya no eran para mí...
La relación con mi ex era mucho más real, vivíamos juntos, no había ese componente fantasioso de idealización (por mi parte por lo menos)... y al tiempo empecé a echar de menos eso, ese enamoramiento completo. Ella sí lo sentía, y yo no, y sentía que me arrepentiría toda la vida si seguía...
En cambio ahora lo veo de otra manera. En parte, ya no siento ese impulso hacia el enamoramiento, o al menos no tanto como antes, porque antes era razon de ser de todo, todo se subyugaba a ese amor... pero no sé, por piel propia y ajena me salen rechazos a ese amor, que siempre acaba saliendo mal... que se pasa mal, y sobre todo que me puedo perder, que puedo perder el norte ahí. Que es el mayor miedo que tengo ahora: no pasarlo mal, sino perder el control y el ser de mí mismo.
Así que tengo la disyuntiva, de el amor terreno o la búsqueda de un amor más completo. Vi en mi ex, que el amor completo era posible -- y a la vez la evidencia de que yo no lo tenía. Quizás también eso es la evidencia de que si es posible por un lado es que no lo es por el otro. En fin, que me gustaría volver a la no-expectativa que sentía antes de esta relación. Lo que venía, bueno sería, o no, pero ya se vería.
Y este miedo sólo es miedo, y no realidad, que sé que además impide disfrutar de cosas, entre ellas del sexo, como lo sentía entonces y lo he sentido en general en mis relaciones: intensamente, sin tapujos, sin inhibiciones, libre, gozoso, tierno, violento, animal, suave... dejándolo sentir. Ah, no me vendría mal echar un buen polvo prontito.
jueves, 21 de febrero de 2008
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