viernes, 15 de febrero de 2008

Lo que quiero no me lo dan y lo que me dan no lo quiero

Así somos muchos humanos. Y no sólo los humanos
Queremos algo, en cuanto lo tenemos, ya no tiene tanta gracia y lo dejamos de valorar.

Estoy solo, mal; estoy con alguien, mejor; ese alguien me quiere, bien; empezamos 'algo', me empiezo a agobiar, mal; y ya no es lo mismo.

Y por otra parte, cuanto menos interés muestra la otra persona por la que tenemos interés, más lo buscamos y lo mendigamos. ¡Cómo somos!

¿Miedo a definirme? Puede ser, ya lo he comentado alguna otra vez. Si no me defino, mal; pero si me defino, dejo de poder ser todas las otras cosas, y mal también. A no ser que sepa disfrutar de esa definición, por lo cual ni me acordaré de las otras cosas. Digo yo.

Recuerdo que había una chica con la cual nos gustábamos... pero desde que empecé a "rondarla" que diría mi abuelo, ella empezó a mostrar menos interés... y a mostrar más interés por mi hermano, que era muy pasota por aquél entonces, más "sin problemas". Y mientras yo le escribía poemas sentidos. Pues eso, ella era así también, lo que quiero no me lo dan, y lo que me dan no lo quiero. Parecido también a mi ex, que me quería un montón y a mí me molestaba tanto amor.

No hay comentarios: