miércoles, 27 de febrero de 2008

Gestalt y expectativas

Pues sí, yo siempre he tenido unas altas expectativas. Supongo que desde el punto de vista psicoanalítico, el tener una infancia en la que yo solía ser el más brillante y podía hacer y conseguir todo lo que de verdad me proponía (dentro de mis capacidades), me ha condicionado para repetir ese carácter una vez adulto. Es decir, no querer soltar esa ilusión de excelencia.

Pero claro, eso trasladado al ámbito de las relaciones personales, cambia la cosa.
Por ejemplo, me es normal de vez en cuando tener pensamientos de re-evaluación de la situación actual y la tendencia futura que parezca dibujar. Por ejemplo un típico pensamiento es: si me metiera en una edad equis (que fluctúa según la edad actual, pero que se suele situar en cinco o diez años por delante) sin: pareja ni hijos; sin encontrar una vocación que me llene, sin haber hecho nada importante, sin plan de vida, sin estabilidad... "mal, no me esperaba esto de tí". "Tú hubieras podido lograr mucho maś, así que es culpa tuya y sólo tuya si no lo haces".

La Gestalt propone librarse de las expectativas. No sé si son buenas o malas, supongo que están ahí por algo: para proveerle a uno de mejoras para responder mejor a las amenazas, etc. Claro, que si estas amenazas son irreales como suelen serlo en esta sociedad actual, entonces no tienen mucho sentido esas exigencias. Cierto es que cuando uno vive al día, es decir, tiene la necesidad de emplearse a fondo cada día, estas exigencias no están. Y no están porque son un estorbo, sólo son incentivos para los tiempos ociosos, de tal manera que en los tiempos de actividad real, desaparecen.

Eliminar las expectativas es muy difícil cuando te has acostumbrado a tirar de ellas como motivación para la vida. En realidad las expectativas te llevan a hacer muchas cosas que no harías de otra manera, esto es cierto, pero tampoco les sacas todo el jugo ya que la razón de llevarlas a cabo no es disfrutarlas, sino colmar las expectativas, y normalmente una vez conseguido esto, ya pierde interés y una nueva expectativa surge que anula las anteriores. Sí, el estar encerrado en este círculo hace que uno se pierda cosas, pero bueno, en un moderado volumen no creo que sean malas tampoco. Se trata de canalizarlas bien y no dejarles tomar el control.

Las expectativas, de fondo, se ven cuando uno se ve interrogado y debe definirse, en los momentos críticos:
¿Salen expectativas en los momentos decisivos? Cuando tienes una pelota de partido, ¿sale la exigencia de que tienes que ganar el punto o simplemente sigues intentando hacer lo mejor posible como el resto de los puntos jugados?

1 comentario:

Dr Edgardo David Arce Homeópata dijo...

muy buen articulo me ayudo mucho gracias.