Recuerdo que cuando era más joven, todo estaba rodeado de un halo de victimismo, tal como lo veo ahora claro, entonces no lo era para mí. De no-responsabilidad. Sí, muy "el momento" y "la situación", adaptarme a lo que había sin darle muchas más vueltas, pero sin una plena conciencia de que yo podía cambiar ciertas cosas, sino con una aceptación de las cosas, aunque no me gustaran.
El darme cuenta del poder que yo tengo, hace unos años ya, de poder cambiar las cosas, y ahora enfrentarme a algunas de esas mismas cosas con esta nueva conciencia, me duele, porque ya no puedo aceptar tan fácilmente muchas cosas que no me gustan, porque creo que está en mi mano cambiarlas, y entonces si a alguien le puedo echar la culpa de que no estén como yo quiero, es a mí mismo, y esto pesa.
martes, 12 de febrero de 2008
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