Tengo una preocupación, que cada vez me asalta menos, pero que está ahí.
Se trata del dejar asuntos sin explicar. Hay cosas que sí, ya no me preocupan tanto como hace un tiempo, o incluso han dejado de preocuparme. Pero es cierto que no es porque les he encontrado una solución o una salida, sino simplemente porque paso de ellas, me centro más en otras cosas.
Esto me genera la inseguridad de pensar: si me vuelvo a centrar en esas cosas, a centrarme en la mente y no estar en el cuerpo (que pasa, a mí por lo menos), en el intentar comprenderme y explicarme a mí mismo (incluso me valdría la solución "no me preocupo por esto porque no me lleva a ningún lado", cuando la veo clara... me refiero a no tener una explicación), entonces estaremos en las mismas, pasándolo mal y buscando porqués.
Me parece que yo tengo que hacer un esfuerzo extra para no moverme por esos parámetros, es decir que de manera natural tiendo a irme por las ramas mentales. Normalmente, a lo largo de mi vida, he ido afrontando los problemas de esa manera: al final les daba una solución equis, generalmente de aceptación o bien de algo que no me guste, o bien de la no explicación posible (lo cual es un caso particular de lo primero). Por eso me da un poco de cosica, el no tener esos cabos atados.
martes, 12 de febrero de 2008
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