Cómo es posible, no me reconozco. Yo con odio y repulsión a la expresión artística... la que no me parece absolutamente auténtica y estalla sin mucha fuerza.
Hoy con Ivan Ferreiro, otros días con otras cosas, con películas, con otras canciones que me solían gustar. Yo que cuando menos, tenía muchísimo estómago para entender y disfrutar cosas nuevas, cualquier música... me he vuelto intolerante. Cojón.
Ahora, que viva el flamenco, eso sí me parece auténtico. Y me ataca ese pop de adolescente remilgado que arrastra las eses y se hace el sensible para las mujeres. Ese pop que yo mismo degustaba. No, ahora yo quiero rabia, porque no tengo paz, la que hace falta para disfrutar el pop.
lunes, 31 de marzo de 2008
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