lunes, 12 de mayo de 2008

Perros y perras en Gestalt

Qué curioso ese reconocerse rival de los hombres al encontrarse por primera vez, como perros oliéndose y recelando uno del otro, compitiendo por un palmo de terreno(emocional, se entiende).
Ese distancia donde no cabe la debilidad, pues el competidor te comería el terreno fácilmente; esa cercanía de tanteo para la observación y rastreo del otro.

En Gestalt, como (creo, y hablo desde la ignorancia) en la mayor parte de disciplinas (no sé cómo llamarlo) de crecimiento personal, suele haber muchas más mujeres que hombres. Por fuerza es que se imponga un modelo femenino, de suavidad, donde la violencia en un sentido amplio está demonizada, donde se espera lo femenino y lo masculino se vive con cierto miedo.

Pero no quería hablar de eso. Quería hablar de la situación del hombre, del gallo en el gallinero. Hay gallinas para todos como aquél que dice, pero no se trata de eso. Se trata de la tendencia a la posición del dominante. Ésta está mucho más cuestionada ya que habiendo pocos, todos tendemos a luchar por ella, cada cual a nuestra manera, y dependiendo de cómo y con quién la veamos confrontada.

Además, una típica dificultad masculina de los que comenzamos terapia, es precisamente el conflicto con lo femenino(propio y ajeno), lo cual empieza por las dinámicas propias del taller, la atmósfera que se respira, los colores pastel que suelen abundar en estos ambientes, la políticas de miedo y rechazo a la agresividad explícita y la dificultad de su manejo.

Hay muy poco sitio para lo masculino. Todo huele a bacalao. Una vez se me ocurrió que daría mucho más juego hacer los talleres en una sala pintada con colores oscuros, o bien chirriantes y agresivos, con figuras y representaciones aberrantes. Recuerdo que cuando supe que en la primera proyección en París de Un perro andaluz, de Buñuel, recibió varias denuncias legales de los espectadores(algunas bastante graves), me pareció un despertar de conciencias brutal. Y yo lo admiro mucho. Según dicen, hubo hasta un aborto.

Jugando con el conflicto o adhesión que esa atmósfera cree a la gente... por probar, no estaría mal. A mí en concreto, aunque ya me he acostumbrado un poco, me repele ese aire de "si no te gusta y no te conecta contigo, es que no estás lo suficientemente en paz" o nosequé. No me gusta que en entornos donde se habla de la persona en toda su extensión, sólo se potencia lo femenino. A veces, al ver un jardín zen, uno pondría las piedras en forma de pene.

Y hombre, me encanta lo femenino, hay mucho femenino en mí. También es cierto que lo puramente femenino es un quiero y no puedo en la vida diaria de muchas mujeres, y por otro lado los hombres están viendo en crisis su masculinidad. Todo se diluye y deviene tibieza.

Pero me encanta lo femenino, en mí y en los demás, cuando yo puedo sentir y mostrar mi masculinidad, cuando lo femenino no me es una amenaza (y aquí sí sé que tengo trabajo). El no poder o no saber afirmarse en su carácter en contra de lo externo, es una gran fuente de frustración.

Estoy con el taoísmo en aquello de "abraza lo femenino", desde hace mucho tiempo, y mucho tiempo son diez años o más. Pero es necesario conocer, respetar, valorar y admirar lo masculino también, porque es una parte indispensable de los seres humanos, no una rémora de la que podemos desprendernos para ser mejores (?).

Otra reflexión, y es extensible a la mayor parte de disciplinas femeninas (la cocina es la primera en que me viene a la cabeza), es que si bien la mayor parte de alumnos son mujeres, los gurús siguen siendo hombres en su mayoría. Supongo que es el guerrero del hombre, más presente que el agricultor. La necesidad de ser admirado del hombre. La necesidad de admirar de la mujer.

Este artículo, escrito al aire, algo anárquico en su disposición como una colección de huevos de colores, es en última instancia, una demostración de mis inseguridades en este tema, que a muchos nos acompañan durante mucho tiempo.

Olisqueémonos, ladrémonos, peleémonos, juguemos juntos: es natural. Salud, perracos y perracas.

Actualización: en una rápida relectura me han asaltado unos cuantos fallos de redacción tremendos, creo que están ya arreglados. Un beso. 

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquest comentari m'han encantat i estic totalment d'acord amb tu.
Saludos de una perraca.

Fritz Perls dijo...

M'encanta que t'encanti.
Amb aquest post només volia contar quatre coses a la babalà al voltant de aquest tema que he viscut en els tallers però finalment m'ha agradat molt el resultat, mentre ho escrivia, fluïa... gracies perraca.

Signat: Un gos y el seu cos.

Anónimo dijo...

Un gos i el seu cos ??
Sou dos ? Ja fem un trio?? O només és literatura?
Más saludos de una perraca

Fritz Perls dijo...

Soc tres, el gos d'amunt, el gos d'abaix y un gat acollonat.

Un ladrido y un lametón.

Anónimo dijo...

Hòstia com jo !!!!
Però el meu gat només està una mica espantat (ja not tant acollonit)

mmmm...gràcies pel "lametón".