Hay egos de tierra: Van creciendo o disminuyendo poco a poco, con el paso del tiempo y las circunstancias, sin grandes brusquedades.
Hay egos de agua: Se van y vienen, fluyen, se esconden, pero nunca desaparecen.
Hay egos de fuego: Aparecen a base de incendios, dejando todo quemado.
Hay egos de aire: Parece que no están.
Creo que el mío es de agua. La verdad que no he pensado mucho esta clasificación, y en realidad me parece que todos tenemos parte de esto y parte de lo otro.
¿De qué material es tu ego?
lunes, 12 de mayo de 2008
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