martes, 11 de agosto de 2009

Morir al palo del amor

Hoy ya he visto a mi compañera de piso... después de tres semanas sin vernos, tampoco es que haya venido muy efusiva o contenta de verme. Al parecer, lo mismo con mi compañero, que la había visto más. Si no le invitamos a pizza no nos cuenta nada.

Ayer vino con el novio, tocaron chufa y se fueron para allá, me dijo mi otro compi. Y ya se ha ido a casa del novio de nuevo. A este paso no sé cuanto dura en mi casa, pero está claro que la voy a ver más bien poco. Casi mejor, tal como está el percal. Poco interesada en conversación ni en nada, se la veía. En fin. Ella se lo pierde.

Ayer tuve una buena parrafadica con mi novia... sexo telefónico incluido. Estuvo muy bien. Ya me sobrevuela el fantasma de siempre, de nuevo. El fantasma de que al final muero al palo del cariño ajeno. Además hoy quería haberle mandado un mensaje para quedar mañana a unas chavalas que conocí de casualidad pero me cayeron bien, y bueno, no sé como es que llega el final del día y no le he mandado nada. Será la culpa que hace su trabajo por debajo? Qué cabrona. Ahora eso si, cuando pienso "oye, que si siento que no funciona la cosa con mi novia, o que no es el momento tal como están las cosas, pues se habla, se corta si es necesario y ya está", me relajo un poco.

Como ayer decía por teléfono, yo funciono muy bien cuando estoy tranquilo, pero admito que cuando no lo estoy, pues no funciono tan bien. Qué coño. Cada uno es como es.

Me siento, no sé si motivado, pero más relajado en el trabajo. Más ayer que hoy, que me sentía como si estuviera iluminado, pero vamos, bien. Si es que también, entre semana, pues con lo del curro que uno se lleva entre manos, pues llega a casa a veces con ganas de hacer cosas, tocar la guitarra, el piano, salir a correr, escribir, dibujar (el domingo leí un libro de Gaudí que me inspiró bastante para hacer una serie de pinturas abstractas, un algo entre Gaudí, Miró y el Señor Barragán) ... en fin, nos hemos puesto con mi compi a arreglarle el ordenador (a él) y oye, lo he conseguido :) al menos me ha invitado a pizza y aquarius, ¡alimento para el artista! En fin, lo he hecho a gusto, pero claro... no he hecho lo que pensaba hacer.

La vida te enseña a veces que no eres tan importante. Un pensamiento que se me ha venido a raíz de una cosa del curro. Tenía su gracia en su contexto, pero el caso es que no os lo voy a contar porque no me sale de los cojones.

Besicos!

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