martes, 15 de diciembre de 2009

5 signos para saber si estás casado con tus problemas - y cómo divorciarte de ellos

Acabo de encontrar un sitio muy interesante: Illuminated Mind. He leído tres artículos al azar. Vale, al azar no: llegué por un link acerca de Cómo reiniciar tu vida en Zen Habits.

El culto a la productividad, Cómo saber si te has casado con tus problemas (y como divorciarte), o incluso su libro gratuito La semana laboral de cero horas: que te paguen por ser tú mismo.

El tipo parece tener un carácter parecido al mío, por lo que diviso en sus artículos, lo cual me parece bien. Así lo entiendo y me sirve como un modelo más claro. Siempre es mejor leer los libros en el idioma de uno.

Respecto del "Cómo divorciarte de tus problemas", los puntos son:

1. Romper se ha convertido en una obsesión
2. Inventar es más fácil que romper
3. Mi relación me define
4. Perderé mi salvavidas

Y voy a traducir el punto cinco que es el que más me ha llegado:

5. No quiero estar solo.

El último signo de que te has casado con tus malos hábitos es que te sientes vacío sin ellos. He elegido este como el último punto porque va de la transición, del cambio entre lo viejo y lo nuevo. Mucha gente resiste el cambio porque sienten que si dejan ir lo anterior, se quedarán con un horrible vacío en su vida.

Es cierto en cierta medida, que el sentimiento de vacío es parte de la pérdida. Mucha gente no rompe lazos con sus viejas maneras de hacer las cosas porque prefieren malo conocido que bueno por conocer. Esto es, mejor vivir en el confort de unos hábitos malsanos que experimentar la pérdida.

Cuando nos divorciamos de nuestros malos hábitos, creamos nuevos y sanos hábitos en su lugar. No crear una vida que es simplemente un papel en blanco. El problema con esto es que mucha gente se ha habituado tanto a lo anteriur que no pueden ni imaginar cómo sería algo diferente. No creen que exista tal cosa para ellos, aparte de el abismo. Si has estado en una relación abusiva contigo mismo durante toda tu vida, sería muy difícil para ti imaginar cómo podría ser una relación amorosa, una relación sin que no parta del juicio.

Para crear hábitos nuevos y más sanos en lugar de aquellos que nos joden la existencia, necesitamos ser valientes. Necesitamos tener el coraje suficiente para explorar nuevas maneras de vivir. Tomará tiempo re-identificarte con tu nuevo estilo de vida (aunque debes darte tiempo para llorar la pérdida, y permitiéndote tu manera personal de decir adiós - es un proceso de saneamiento).

Creamos relaciones con nuestros hábitos igual que hacemos con nuestros padres, parejas y amigos. A veces es duro decir por qué no podemos decir adiós, cuando todo parece distanciarnos. Coño, cambié de residencia de Los Ángeles a Seattle y seguía volviendo a ver a mi ex. (Esto me recuerda a mí...)

No me di cuenta entonces, pero no podía dejar aquello porque me había apegado a ella. De la misma manera, intenté romper con mis malos hábitos pero seguían volviendo, arrastrándose hacia mí. Es como si mis hábitos fueran un gigantesco imán y cuanto más intentara separarme de él, más atraído acababa.

Lo que entendí entonces es que mi obsesión con el hábito, era el imán mismo.

Romper lazos con viejos hábitos no es fácil. Hay que tener cojones para dejar a tus problemas, cuando te has montado una relación tan cercana con ellos. Seguramente sientas angustia de separación.

Cuando esto pase, mirarás a los malos hábitos que solías tener con ternura. Incluso puede que te des cuenta de que estaban ahí para enseñarte algo. Te ayudaron a entender la vida que necesitabas llevar.

Incluso puede que te des cuenta de que tus problemas eran, en el fondo, oportunidades escondidas para crecer.

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