miércoles, 10 de septiembre de 2008

Espeleología

No sé, ¿será mi misión en la vida fascinar? ¿Seducir, crear, hollar lo inexplorado?
¿Demostrar, con el ejemplo, que existen ciertas inusuales combinaciones humanas para bien? ¿Desafiar a la norma?
Es muy cansado porque hay que luchar contra los demonios de fuera y los de dentro, eso sí. O mejor, utilizarlos y llevarse bien con ellos. Pero me hace sentir muy bien cuando lo hago - como si fuera mi misión, como si para eso estuviera aquí. Como el carpintero cortando madera, como el agricultor sembrando, el pastor observando cómo su perro controla el rebaño y todo está bien. Como el espeleólogo, con mi polla como linterna, mis manos tanteando las rocas húmedas.

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