jueves, 28 de agosto de 2008

¿Te vienes esta tarde a salvar el mundo?

¿Por qué no podemos ser ser felices si los demás no lo son?
Estoy escuchando a Franco Batiatto, "Pobre Patria", "Up patriots to arms", y otras canciones. Quiero que el mundo cambie, no haya guerras, etc. y me hace daño. Parece que no podemos soportar que nuestros hermanos las pasen putas. El hombre parece enfadado, o bien frustrado, por el hecho de que siga habiendo imbecilidad. Parte parece ironía, pero creo que hay ese sentimiento de fondo.

Pues vamos daos. Es decir: que si lo pasas mal cuando alguien lo pasa mal, si se te acelera el corazón al oír de un tornado aquí, inundación allá, incendio acá, matanzas allá, accidente acullá, estás jodido. Más vale que no te informes acerca del mundo. Porque siempre hay gente que lo pasa mal.

Valoro más una cierta retirada del mundo: "haced lo que queráis, si ya sé que pocos valen la pena y no espero demasiado de nosotros los humanos". Yo voy a ver si en lo mío, en mi mundo alrededor, etc. hago lo mío bien. Y oye, lo siento si los gobernantes son unos chorizos, todo podría/debería ser mejor, etc. Pues claro hombre, pero así llevamos milenios, hombre, sin haber erradicado la estupidez. Así somos los humanos. Así que, con erradicarla en uno y su entorno, ya es más que suficiente.

En la necesidad de salvar el mundo hay escondida una excusa para no salvarnos a nosotros mismos.

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