Hay que ver.
Esto de no sentirse querido, le da a uno una inseguridad asquerosa.
Y claro, la inseguridad causa repelencia, lo cual todavia agrava más la sensación de no sentirse uno querido. O al menos es más difícil salir del pozo. Y uno mendiga ese cariño, pero es tan evidente que se siente que uno da cariño por limosna. Y a nadie le gusta dar cariño como limosna. Y así va el círculo...
Hasta que a uno no le queda más remedio que quererse. No le quedan a uno más cojones. El carácter le lleva a uno a no querer quererse - a dejar a los demás decidir sobre el destino de uno. Es muy cómodo esto, y es difícil no caer en esta entrega cuando se tiene ese carácter. Retomar la responsabilidad de las propias acciones, deseos y en una palabra, movidas, es difícil. Desde esa comodidad del camino marcado, cada vez cuesta más tener que tomar una decisión cuando se presenta la ocasión. Se tiende a sufrir, a estirar el tiempo, y esperar a que sólo haya una opción, antes que responsabilizarse de los propios deseos y actuar en consecuencia - porque si sólo queda un camino, uno no tiene culpa de nada. No hay nada que uno se pueda reprochar: "no tenía elección".
A uno le cuesta ver cómo todo esto se relaciona. Me resulta curioso ver cómo hay gente que puede ver puntos sueltos, que al cabo te dicen "pues todo esto ya lo sabía", "pues no me dices nada nuevo". Pero les cuesta ver cómo se interrelacionan. Reconozco que me apasiona descubrir los mecanismos de la mente. Sobre todo del inconsciente. A medida que voy dejando a un lado este inédito miedo a descubrir en el que ando este último año y medio, vuelvo con más ganas a esta ¿sana? curiosidad.
No escribo instalado en ese punto neurótico del que hablo a modo de desahogo personal, pero sí que lo he tenido y mi carácter es tendiente a la dependencia(igual que lo es a la independencia: tengo muy marcada mi posición en este tema y los extremos se tocan), y lo veo en otra gente(en otra gente siempre se ve todo mejor).
Quizás sí lo escribo como desahogo de otra gente. Es decir, de lo que me involucro en lo que a otra gente le pasa. "Si te afecta es porque eres humano", le decía el agente Lou al otro agente que vomitaba cuando entraron a saco en la casa del dependiente de tebeos y éste estaba acostado con la madre del director Skinner.
miércoles, 27 de agosto de 2008
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