martes, 5 de mayo de 2009

Pandeminos

Creé este blog como diario originalmente, aunque luego ha dejado de ser un diario como tal sino que lo he estado utilizando más como sitio donde publicar artículos más o menos currados. Así que es un poco como un cajón de desastres. Uno puede guiarse por medio de las etiquetas, como forma de poner orden en este maremagnum de emociones, reflexiones, gritos desesperados y paridas como pianos.

Me decido a escribir porque hace mucho que no lo hago, y me parece que empiezo a faltar a la idea original de este blog. Muchas veces escribía simplemente, como parte de los deberes, como parte de esa recomendación de mi tutor de tomarse unos minutos al día para escribir, anotar, registrar lo que hay dentro.

Alguna vez he pensado, que ya no quería emborronar esto tanto, sino que preferiría escribir cuando de verdad tuviera algo que decir.

Escucho a Loreena McKennitt, el Book of Secrets. Y siento la vergüenza de que otro habitante de esta casa me pille escribiendo en este rincón secreto, ya que escribo desde el salón.

Me encuentro entre medio de varias cosas. Pero me siento bastante en el camino. Tengo miedo de tomar acciones, me para la perfección, es cierto. Hacer las cosas bien significa no hacerlas perfectas, y esto me para de hacerlas del todo. Tengo un amorcico cerca, pero no me atrevo, no sé cómo ni cuándo expresarle mis emociones y mis intenciones. Y cuando está todo a huevo, me mezco y me conformo en el bienestar del medio contacto y mantengo la calma... demasiada.

Y ya veo que se me pasa el arroz... respecto a esto me refiero, no respecto a mi edad. Que todavía estoy para merecer, cojones. No se qué, pero algo mereceré, aunque sea castigo divino.

Venga, que no os coja la pandemia esta de que habla la prensa.

PS. Sí, claro, me refiero al paro.

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