lunes, 7 de julio de 2008

A ostias con la vida

El último taller ha sido muy revelador para mí, y aunque esta vez más que ningún otro en lo físico, sobre todo ha sido en lo emocional. Me ha hecho integrar muchas cosas, y darme cuenta de otras que no estaba integrando... y recuperar mucha confianza en mí mismo... aunque haya sido a base de ostias. En la vida hay muchas ostias, y hay que saber darlas y no, generarlas y no, y encajarlas. "He perdido muchas más carreras de las que he ganado", dijo Miguel Induráin.

Aunque llegué a casa hecho una puta mierda y somatizado perdido (ay, ese estomaguillo), y no es que me sienta especialmente mejor físicamente, sí emocionalmente. Con ganas de tirar palante y confiando en mi manera de hacer las cosas, sea la que sea.

Escribir me empieza a parecer una excusa para volcar aquí lo que no me atreva a volcar ahí fuera. Me es difícil mantener la balanza equilibrada. La vida no son palabras para mí. Las palabras son el sustituto más certero, pero uno no se iría a comer chocolate al sofá teniendo una amante al lado.

Y qué necesidad tiene uno de comer chocolate mientras está follando.


PD. Ostias es con h, menos cuando lo escribe el Ivà o alguien de su escuela. Que el Karma lo tenga en su gloria.

2 comentarios:

kadewe dijo...

No quiero parecer repelente, pero creo que hostias es con H cuando se refiere a aquella, sagrada, que te da el cura empapadita en vino, y sin H si se refiere a una buena bofetada, o sea, como tú lo has puesto.

Fritz Perls dijo...

Hola doña repelente, consulte el DRAE.

Ostia

Ostias sin h, no está reconocida por la Real Academia en un sentido similar a hostia. Lo cual es una pena. Me gustaría que se impusiera la versión que pones tú, porque es más lógico y se impone en el hablar popular, que es al fin y al cabo el gérmen de todo cambio natural. El lenguaje es un ser vivo (y lo matamos entre todos XD) y hay que cuidarlo, pero también ayudarle a crecer por el buen camino.

Me encantan las correcciones, si tienes más adelante. El lenguaje es una disciplina en la que no me canso de aprender.