Últimamente traigo una potencia sexual desatada. Está claro: el que no tiene que hacer, con el rabo mata moscas. Tengo el cuerpo muy relajado, tanto que me asusta... pero bueno, el hecho es que este estar relajado me mantiene palot la mitad del día.
Qué malo que no tenga alguien aparente ahora para desfogarme, pero bueno, mejor mano conocida que mala por conocer. Se iba a enterar de lo que vale un peine. Hacer espeleología.
Por ejemplo un día, cayeron cuatro. Lo gracioso, es que al rato volvía a estar juguetona, la jodía... pero vamos, una al día rara vez la vengo perdonando durante las dos últimas semanas. Recuerdo que cuando estaba trabajando, incluso me lo tenía que pensar porque suponía un desgaste físico importante... y además tampoco me satisfacía tanto. Luego me llegaba el juicio, de "para qué te la haces, ¿ves? Así, mal". Ahora me quedo como Dios. Eso sí, también vengo durmiendo una media de diez horas diarias o así. Que también cuenta.
Creo que para complementar el paro me voy a dedicar a gigoló. Qué cojones.
martes, 16 de febrero de 2010
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