El otro día un amigo vino a dormir a casa. Llegamos pronto de por ahí, sobre las doce y media estábamos en el salón. Dos Franziskaner nos sirvieron para regar tres horas de interesantes conversaciones previas al letargo.
No sé cómo, llegamos a un punto en el que, como él dijo, "anda, parece que ahí he tocado hueso".
- Ahora tú estás bien con ellos. Es algo que pasó, con lo que no estás de acuerdo. El rencor, el odio, lo que sea que tienes guardado, no es por ahora, es por algo que pasó.
No sabía muy bien qué decir. No tengo muy claro ese capítulo. Admiro a mis padres, me parece que son personas sin falla. Tienen defectos, pero dentro de su manera de ser, nunca han cedido a dejar sus principios de lado. Son honorables, honestos, sensatos. Saben lo que son y lo que quieren de la vida. Las pocas cosas importantes de la vida, las tienen claras.
Por otro lado, me siento incomprendido por ellos. Desde hace muchos años.
- No se trata de resignarse a cómo son ellos. Ni de aceptar. Se trata de perdonar. Y perdonar es entender. Una cosa va con la otra. En su lugar, tú hubieras hecho lo mismo que ellos hicieron.
Me acordé, no sé por qué, de algo que desde que estoy en la formación en terapia Gestalt me voy acordando de vez en cuando, si bien hacia muchos, muchos años que estaba por ahí y nunca le había prestado atención. Se trata de hasta cuando puedo datar mi desconfianza. Y se trata de un hecho concreto.
Yo tenía, no sé, entre diez y doce años. Por aquél entonces, no sé por qué, me sentía raro en casa. No recuerdo a santo de qué, pero recuerdo que les dije que si no me dejaban hacer algo, o yo que sé, que me iba a ir de casa.
- Pues me iré de casa!.
Ja, ja, ja. Reía mi padre.
- ¿Y a dónde vas a ir? ¿Con los gitanos? (recuerdo perfectamente aquellos momentos)
No me tomaba en serio, y aquello me molestó profundamente. Hirió mi orgullo muy gravemente, al parecer. Yo recuerdo sentirme impotente, pero sobre todo, incomprendido. Creo que mi madre no dijo nada, pero tampoco contradijo esa tesis de mi padre - y si algo tiene mi madre, es que no se calla las cosas. Quien calla, otorga.
Me metí en el cuarto, desconsolado perdido.
No recuerdo mucho más, pero a partir de esa edad, comencé a distanciarme de mis padres. A no contarles nada, o mejor dicho a ocultarles información. A más información que yo tuviera, más en mi poder. Y viceversa. Y yo no quería darles poder. Y aquello construyó en la práctica, una barrera de incomunicación entre nosotros.
Incluso en las discusiones, siempre omitía datos, por si con ellos podían saber más de mí. No me interesaba que supieran nada de mí, de mis pensamientos, sentimientos. De mi vida. Ya no tenían parte en mi vida íntima, ni estaban capacitados para recibir mi confianza. Están ahí para muchas cosas, pero para otras, ya no. Una separación silenciosa, de la que me guardaba de que ellos no se dieran cuenta - de nuevo, buscar la mínima información en su poder.
Pues de eso me acordé.
Recuerdo también que por aquél entonces yo estaba enamorado de Jodie Foster. me parecía una actriz no sólo guapísima, sino también muy inteligente, y muy buena actriz, lo tenía todo para mí. Pensé en que si yo me plantara en la puerta de su mansión (en mi imaginación), un niño español chapurreando inglés, diciendo que la quiere conocer, un niño con mucha educación (la tenía y era consciente de ello), etc. y sólo ante el peligro... vamos, a quién no se le ablandaría el corazón. Pensé en robar el dinero suficiente para hacer el viaje. E incluso fantaseaba con que ella me adoptara. Y no tener ninguna pena por dejar aquella familia, aquella casa. Ninguna pena. Al final, como tantas otras veces en mi vida, no hice lo que me decía la intuición. Pero eso es otra historia. El caso es que la anécdota resume en qué situación me encontraba, y qué medidas me planteaba.
Volviendo al punto original, replanteé la cuestión. Y quizás, yo en su lugar quizás hubiera hecho lo mismo. Me hirió profundamente. Pero, ¿de qué estoy culpando, y a quién? ¿Es simplemente rencor? Y, ¿de dónde sale? Ahora se me ocurre, mientras escribo esto, que puede ser porque ellos tienen sus propias respuestas a esas preguntas que yo me hago, y están contentos con ellas. Y yo no las tengo. Yo quizás no tengo siquiera las preguntas buenas.
- Perdonar. Porque, ahora estás bien.
- No lo sé - dije. Agarré mi taza de desayuno rellena de Franziskaner negra de la mesa, le dí un buen sorbo, y me volví a recostar en el sofá.
lunes, 19 de enero de 2009
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7 comentarios:
A lo mejor hiciste bien. Puede ser que tu individualidad se reforzara en ese momento... a otros, nos cuesta tantos años!!!!!
Besos
Mon
Hola! Dejaste un comentario en mi blog, y ya que estaba el enlace, he dado una vuelta por aquí. Se me antojan varias preguntas sobre la gestalt,(he mirado en la wikipedia ya que la verdad no sabía de que iba el tema aunque había leído alguna referencia), bueno, ahí van las dudas ¿que finalidad tiene? ¿como actua sobre el individuo? ¿la terapia requiere mucho tiempo? ¿Como resumirias la terapia gestalt en una frase?. Eso es todo por ahora. Saludos!
Durante mucho tiempo Perdonar y Comprender fue la clave de mi vida. Hace no demasiado dejó de serlo, porque la confianza es la confianza y un adulto debería no romper eso, ni muchas otras cosas, que son lo que hacen de la confianza el agarre. Entonces me di cuenta de que yo estuve allí y lo había visto todo (además de sentirlo)... y mi todo era demasiado como para callar para siempre. No te aburro más... un saludo
ya es hora de dejar atras la experiencia aunque sea gestalika y pasar a la accion de vivir de nuevo, te lo digo por experiencia jeje
Perdón por el retraso en responder. Gracias ante todo por los comentarios.
@difistinto: individualidad, aislamiento... es difícil ver la línea si es que la hay.
@Como: Uf, buenas preguntas.
Finalidad: la de todas, estar mejor. Sólo que diferentes terapias interpretan esto de diferentes maneras. Los pilares de la Gestalt son
1/ Responsabilidad (ni más ni menos que la que toca)
2/ Aquí y ahora (presente)
3/ Conciencia (darse cuenta)
Cómo actúa: intenta hacerlo fomentando la espontaneidad y la autenticidad.
Tiempo: Toda la vida. Respecto a la terapia en sí, se dice que menos que el psicoanálisis, que ahonda más en el pasado, y menos que la conductista, que mira más al futuro. Supongo que con menos de seis meses no se va muy lejos. Se trata, normalmente, de un replantearse las cosas. De conocerse de manera integral. Y para esto, es un camino que no tiene fin... hasta la muerte.
Más que en una frase, te voy a definir la Gestalt en una palabra: ser.
Por otro lado, la propia Gestalt refiere a lo holístico. A la configuración conjunta y conexa de las partes.
Esto es todo por ahora tambien :)
@Maria: perdonar y comprender está muy bien. Es posible que a veces estuvieras haciendo otra cosa: condescender y permitir. ¿Es así?
@concepto-aparte, gracias. ¿Me estás proponiendo algo? :)
Alguito mas para la pregunta sobre la finalidad de la terapia Gestalt: madurar (el proceso de pasar de la dependencia a la independencia).
Y otro tanto para lo del resumen en frase: la búsqueda de la libertad (que sería algo así como hacer lo que realmente quieres hacer).
Ah por cierto, leí que el Perdonar y el Comprender dejaron de ser las claves de vida de alguien, es una pena por lo de Perdonar, pero lo de Comprender está perfecto :D, ya que eso último es imposible.
Saludos a todos
acertados comentarios, Aldo. Gracias.
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