Cuatro años desde la última entrada, hay que joderse.
Mira que los años anteriores tampoco había escrito mucho, pero ahora ya...
- Y, ¿qué tal?
- Bien, ¿o te cuento?
Durante estos años he viajado lo que he podido dentro de estar trabajando, es decir, en vacaciones.
Y ahora qué, ¿otros cuatro años sin escribir? ¿O cuarenta?
Qué poca vergüenza.
lunes, 22 de octubre de 2018
lunes, 20 de enero de 2014
Actualización de estado (no hablo de la independencia de Cataluña)
Este año he decidido tomarme un respiro de la carrera de Psicología.
Recientemente perdí mi trabajo y... me he venido abajo...
...
¡¡Qué va!!
Estoy muy a gusto sin trabajar, porque ahora tengo tiempo para dedicarme a otras cosas, y a buscar e investigar qué será lo siguiente. El paro generado me permite no tener prisa, por ahora al menos, y así tomarme el tiempo necesario.
Estar parado no significa estar inactivo. Estoy haciendo cursos online, cursos en vivo, e incluso abriendo nuevas posibilidades de ocupación.
Me encuentro bien, la verdad.
Lo de tomarme el respiro de la carrera también es verdad. Yo siempre tengo interés en la psicología, eso no se pierde de un día para otro, ni siquiera de un año para otro (y si es así, es que no era verdadero).
Me estoy cuidando también: he perdido algo de peso (reconozco que tampoco eso ha sido nunca un problema, pero vaya), y estoy empezando a hacer deporte regularmente, que antes hacía (muy) esporádicamente.
Bueno, pues ese es mi estado. Espero ir actualizando más a menudo...
Un saludo a todos los que estáis ahí, y a los que me encontráis de casualidad gracias a San Google.
Recientemente perdí mi trabajo y... me he venido abajo...
...
¡¡Qué va!!
Estoy muy a gusto sin trabajar, porque ahora tengo tiempo para dedicarme a otras cosas, y a buscar e investigar qué será lo siguiente. El paro generado me permite no tener prisa, por ahora al menos, y así tomarme el tiempo necesario.
Estar parado no significa estar inactivo. Estoy haciendo cursos online, cursos en vivo, e incluso abriendo nuevas posibilidades de ocupación.
Me encuentro bien, la verdad.
Lo de tomarme el respiro de la carrera también es verdad. Yo siempre tengo interés en la psicología, eso no se pierde de un día para otro, ni siquiera de un año para otro (y si es así, es que no era verdadero).
Me estoy cuidando también: he perdido algo de peso (reconozco que tampoco eso ha sido nunca un problema, pero vaya), y estoy empezando a hacer deporte regularmente, que antes hacía (muy) esporádicamente.
Bueno, pues ese es mi estado. Espero ir actualizando más a menudo...
Un saludo a todos los que estáis ahí, y a los que me encontráis de casualidad gracias a San Google.
jueves, 29 de agosto de 2013
El espacio entre nosotros
Me acaricias con tu silencio y con tu espera
con un abrazo laberíntico que me deja perderme
en él.
Y lo recorro sin preguntar, sin saber si está bien
o está mal.
Y sin necesidad de saber, el espacio entre nosotros
está bien.
con un abrazo laberíntico que me deja perderme
en él.
Y lo recorro sin preguntar, sin saber si está bien
o está mal.
Y sin necesidad de saber, el espacio entre nosotros
está bien.
jueves, 23 de mayo de 2013
¿Aburrimiento o Derrota?
¿Eh?
Esta es una decisión consciente que hacemos muchos, cuando nos enfrentamos al miedo a perder, o a no ganar. O, a veces, incluso a ganar.
Nótese que este miedo implica un enfrentamiento con el problema. El propio enfrentamiento ya nos saca de nuestra zona de confort e implica una lucha, que no siempre se está dispuesto a aceptar.
Ante una expectativa de derrota, en especial, se tiende a evitar el enfrentamiento.
Mediante la aplicación de esta técnica repetidas veces, se puede convertir en la respuesta habitual a nuestros enfrentamientos.
Al escapar de los enfrentamientos continuamente, no llegamos a la "Identidad de Logro" (Erickson), y nos quedamos en una "Identidad Hipotecada".
Escapar de los enfrentamientos nos llevará al aburrimiento.
Visto así, igual la derrota pierde importancia y nos lanzamos al enfrentamiento por nuestra identidad.
Entonces, ¿aburrimiento o derrota?
Tú juegas.
Esta es una decisión consciente que hacemos muchos, cuando nos enfrentamos al miedo a perder, o a no ganar. O, a veces, incluso a ganar.
Nótese que este miedo implica un enfrentamiento con el problema. El propio enfrentamiento ya nos saca de nuestra zona de confort e implica una lucha, que no siempre se está dispuesto a aceptar.
Ante una expectativa de derrota, en especial, se tiende a evitar el enfrentamiento.
Mediante la aplicación de esta técnica repetidas veces, se puede convertir en la respuesta habitual a nuestros enfrentamientos.
Al escapar de los enfrentamientos continuamente, no llegamos a la "Identidad de Logro" (Erickson), y nos quedamos en una "Identidad Hipotecada".
Escapar de los enfrentamientos nos llevará al aburrimiento.
Visto así, igual la derrota pierde importancia y nos lanzamos al enfrentamiento por nuestra identidad.
Entonces, ¿aburrimiento o derrota?
Tú juegas.
lunes, 20 de mayo de 2013
No haya culpa en tu tristeza
No haya culpa en tu tristeza
en la ciudad que atenaza
el alma hermana y sincera
de su hermana y compañera.
No te creas el discurso
cuando estés perdida y sola
de las miradas esquivas
de los humanos farola.
Mira hacia el cielo y respira,
que no hay juicio más divino
que el que tú quieras que sea
el que guíe tu destino.
en la ciudad que atenaza
el alma hermana y sincera
de su hermana y compañera.
No te creas el discurso
cuando estés perdida y sola
de las miradas esquivas
de los humanos farola.
Mira hacia el cielo y respira,
que no hay juicio más divino
que el que tú quieras que sea
el que guíe tu destino.
miércoles, 15 de mayo de 2013
Dame una oportunidad - Abba - traducción Take a Chance on me
De algún modo, ABBA trajo a la literatura de canciones la posición desesperada de las mujeres, algo que, por lo general, se reserva a los varones. Los hombres, que quitándose la vergüenza y en arrebatos de sinceridad, son capaces de admitir que están desesperados por pillar. Lo cual hace a las mujeres poderosas, ya que así se arrogan la facultad de elegir el borracho que menos les desagrade.
Siempre me ha llamado la atención la letra de "Take a chance on me", la famosa canción de Abba. Parece la voz de las murciélagos, o de aquellos que están esperando a que una pareja se pelee para ponerse bajo los focos. Las letras de Abba, tanto en esta canción, como en "Gimme! Gimme! Gimme(a man after midnight)" y en otras, dignifican esta posición femenina de asunción de la desesperación por la soledad.
Esta canción es la insistencia ciega y la posesión. Tras darse cuenta de que, cierto, no soy de las guapas, lo compenso con lo pesada que soy. Así se han conseguido, creo, la mayoría de matrimonios. Tú déjame estar a tu lado y yo decido por ti. Tengo tantas cosas que hacer contigo, he vivido todo en mi mente.
A mí es que me agobia mogollón, vaya.
Y a la vez me transmite una ternura y comprensión profunda, como si pruebas un vino que no te termina de gustar, pero que notas que tiene una gran pureza. Debe ser eso lo que engancha a las parejas, el reconocer el sabor de ese vino particular, que sólo pruebas tú, y que aunque a veces no te gusta, es el sabor de lo conocido y de lo inalterable, de lo tuyo.
En algún punto de nuestra alma, saber que algo no va a cambiar nos reconforta.
Al menos, a los viejos.
O a los que no tienen trabajo fijo.
Si cambias de idea, soy la primera en la lista.
Todavía estoy libre.
Dame una oportunidad.
Si me necesitas, dímelo y voy.
Si no tienes donde ir, si te sientes mal.
Si estás solo cuando las guapas se han dado el piro, cariño, aquí estoy yo.
Lo haré lo mejor que pueda, no te miento. Si me haces la prueba, si me dejas intentarlo.
Dame una oportunidad, es todo lo que pido.
Podemos ir a bailar, a pasear, mientras estemos juntos.
Escucharemos música, quizá sólo hablar, conocerte mejor.
Porque tengo tantas cosas que quiero hacer,
cuando sueño que estoy junto a ti es mágico.
Quieres que lo deje estar, tienes miedo de tener una relación,
pero creo que sabes que yo no me voy a bajar del burro.
Tómate el tiempo que quieras, no tengo prisa. Sé que te conseguiré.
No me quieres hacer daño... no te preocupes, no voy a dejarte. Déjame que te diga que mi amor es tan fuerte que perdurará cuando las cosas vayan de culo y cuesta abajo.
Dices que pierdo el tiempo pero no te puedo sacar de mi mente. Ni pensarlo, no voy a pasar de ti porque te quiero mogollón y medio.
Siempre me ha llamado la atención la letra de "Take a chance on me", la famosa canción de Abba. Parece la voz de las murciélagos, o de aquellos que están esperando a que una pareja se pelee para ponerse bajo los focos. Las letras de Abba, tanto en esta canción, como en "Gimme! Gimme! Gimme(a man after midnight)" y en otras, dignifican esta posición femenina de asunción de la desesperación por la soledad.
Esta canción es la insistencia ciega y la posesión. Tras darse cuenta de que, cierto, no soy de las guapas, lo compenso con lo pesada que soy. Así se han conseguido, creo, la mayoría de matrimonios. Tú déjame estar a tu lado y yo decido por ti. Tengo tantas cosas que hacer contigo, he vivido todo en mi mente.
A mí es que me agobia mogollón, vaya.
Y a la vez me transmite una ternura y comprensión profunda, como si pruebas un vino que no te termina de gustar, pero que notas que tiene una gran pureza. Debe ser eso lo que engancha a las parejas, el reconocer el sabor de ese vino particular, que sólo pruebas tú, y que aunque a veces no te gusta, es el sabor de lo conocido y de lo inalterable, de lo tuyo.
En algún punto de nuestra alma, saber que algo no va a cambiar nos reconforta.
Al menos, a los viejos.
O a los que no tienen trabajo fijo.
Dame una oportunidad
Si cambias de idea, soy la primera en la lista.
Todavía estoy libre.
Dame una oportunidad.
Si me necesitas, dímelo y voy.
Si no tienes donde ir, si te sientes mal.
Si estás solo cuando las guapas se han dado el piro, cariño, aquí estoy yo.
Lo haré lo mejor que pueda, no te miento. Si me haces la prueba, si me dejas intentarlo.
Dame una oportunidad, es todo lo que pido.
Podemos ir a bailar, a pasear, mientras estemos juntos.
Escucharemos música, quizá sólo hablar, conocerte mejor.
Porque tengo tantas cosas que quiero hacer,
cuando sueño que estoy junto a ti es mágico.
Quieres que lo deje estar, tienes miedo de tener una relación,
pero creo que sabes que yo no me voy a bajar del burro.
Tómate el tiempo que quieras, no tengo prisa. Sé que te conseguiré.
No me quieres hacer daño... no te preocupes, no voy a dejarte. Déjame que te diga que mi amor es tan fuerte que perdurará cuando las cosas vayan de culo y cuesta abajo.
Dices que pierdo el tiempo pero no te puedo sacar de mi mente. Ni pensarlo, no voy a pasar de ti porque te quiero mogollón y medio.
lunes, 13 de mayo de 2013
Placer y control
Es ese momento en el que, poco a poco, te vas acercando a ese momento de clímax físico.
Mientras te deleitas pensando en el momento en el que liberarás tu carga, pequeños movimientos tienen lugar en tu zona baja abdominal, que provocan sutiles caricias.
Es difícil mantener el control, quedarse en esa zona placentera en el que uno juega con el sí y el no, con el control y la falta del mismo, en el terreno del esfuerzo y control, y a la vez de la improvisación.
Hasta que, como diría José Agustín Goytisolo, la vida ya te empuja.
Uno de los momentos mejores en la vida es ese en el que estás notando que quieres ir a cagar, pero tienes suficiente control para retenerlo. Por suerte para los solitarios y los casados, la naturaleza nos ha hecho de tal manera que tengamos este sustituto del sexo.
Eso sí, a los ancianos los ha privado de ambos placeres. Qué hija de puta, la naturaleza.
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