No voy a contar cosas del fin de semana (por ahora) aunque fueron muy buenas (y graciosas!).
Escribo esto para poner en palabras una sensación, que es la de que cuando llego a un punto en el que estoy en paz, empiezo a aislarme y a hacer como el que no tiene sentimientos. Quiero decir, que no me responsabilizo de lo que viene por dentro.
El estar más en paz conmigo, está bien porque no me doy pol culo tanto. Pero también me hace que me conforme con menos, que no vaya a buscar ese plus. Es cierto: antes mayormente refunfuñaba y me flagelaba y tampoco iba a buscar ese plus, así que en general estoy mejor. Pero todavía me falta que me salga de natural ese punto de atrevimiento, hacerlo desde la paz y no desde la euforia o la hiperexcitación (esto es, cuando me obligo a hacerlo y entonces se hace lo que se puede, pero eso es como una explosión y no).
Ahora mismo, mientras jugaba un torneo de poker por internet (aún no he terminado, es de los largos), he sentido una pérdida. Llegué a ir segundo (de 1600), luego fui bajando gradualmente hasta 20 (simplemente porque no arriesgaba y los demás alcanzaban mi stack). En una jugada, yo tengo J8 y aparece 89J. Guay, doble pareja y dominante! Apuesto. El otro me apuesta más. A mí no se me pasa por la cabeza que el tipo pudiera tener Q10, y le echo todas (le doblaba yo asi que no me quedaba sin nada). Efectivamente, tiene escalera. El turn y el river no ayudan y se me lleva la mitad de las fichas. Puede parecer una tontería, pero me ha cabreado un tanto por no haberlo pensado, no había necesidad de abusar. Al rato, he seguido jugando normal y ahora amanecido el 108 después del descanso. A ver cómo termina la película.
El caso es que hace un rato, he oído cosas raras. Que me han hecho recordar que sí, que me gusta mi compañera de piso, que le tengo sentimientos y que aunque sea para nada, debería acercarme más a ella... en vez de estar jugando aquí al poker. Jugar al poker está bien, me gusta, pero no quiero que se interponga en mi camino porque ahí es donde uno se pierde. En este caso, es que me he clasificado yo para este torneo y me apetece jugarlo, es un acto de respetar lo mío. Pero con ojo.
Recuerdo que en aquél año de despertar a la vida en Inglaterra, de erasmus, estaba enamorado de mi compañera de piso (de una de ellas: por suerte he tenido casi siempre más mujeres que hombres como compañeros de piso. Y además guapas, por lo general). Enseguida me enamoré de una de ellas. Al poco me le declaré, pero no cayó: tenía una relación en su país muy traumática que acababa de dejar. Durante todo el año llevamos una tensión sexual que si sí que si no. Allá por navidad a la zanguanga se le ocurre echarse un novio virtual (vale, a mí se me ocurrió al mes echarme una real XD) que hasta vino por un mes. Yo estaba enfadado (no lo ocultaba, el dinero y el cariño no se pueden ocultar dice una copla, pero creo que yo entonces me guiaba por el mostrar (no como ahora que hay que ser antropólogo para ver qué hay dentro de mí. fuera, bicho!). En fin, el caso es que una noche pasó por casa otro francés chulito, que además nos caía mal a todos, o casi. Ella lo toleraba más. Y como no lo oí salir de casa, pensé que se había quedado a pasar la noche. No pude dormir en toda la noche de celos. Y eso que yo tenía novia (en realidad estaba enamorado de la otra, pero la carne es débil), pero de quien estaba enamorado era de la francesita. Y se me notaba. Pero mi novia me quería mucho y no se enteraba, o no se quería enterar.
Qué mal lo pasé aquella noche. Muy, muy mal. Tanto que al día siguiente, hablé con ella y se lo conté, y le dije que me daba cuenta de que la quería mucho, y le pedí que me dijera claramente qué sentía por mí, y si había alguna posibilidad por mi parte. Más bien, le forcé a decir una cosa u otra, que en definitiva era lo que yo quería oír: que no. Para poder liberarme y pasar a otra cosa. Me dijo que no me quería decir eso. Yo dije: bueno, si no es que sí, es que no.
Nos seguimos manteniendo un cariño muy especial. Casi todos los años desde entonces nos hemos visto. El año pasado le visité, dormí en su casa... pero no en su cama(estaba yo bueno, por entonces, también, con mis cosas...).
[paréntesis de poker]
Tras varias horas después, he terminado el 14 de 1642. Me llevo 20$, no está mal. Me queda la sensación de que al final he hecho el imbécil, esto es, tomar más riesgos de los asumibles. El poker es un juego donde no tomar riesgos es un suicidio, pero pasarse suele serlo también.
Mientras jugaba, hablaba por el teléfono (tarifa 1h por 1m de vodafone) con mi ¿ex? que me iba contando sus cosas y luego le iba contando como iba... como si fuera mi entrenadora, jaja. Me iba entreteniendo y así estaba más centrado. Es curioso que he cometido mi error después de 5min. de descanso, donde me he estirado, expandido, etc. Creo que me he expandido de más, y así tenía la percepción del borracho (sobrevalorando el futuro y la capacidad propia). Bueno, no es que estuviera mal jugado como digo, pero el nivel de riesgo era demasiado.
Ahora, a disfrutar de esta victoria... durmiendo.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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3 comentarios:
Hola Fritz
por casualidad he visto tu blog, bueno, buscando cosas de terapia gestalt, y me he puesto a leer. Me ha gustado mucho, me ha llegado como una sensación de aire fresco. Yo también he hecho la formación de gestalt, y al leerte me he reído, es divertido conocerse...me he puesto a imaginarte en tu casa con tu pocker y tu compañera de piso... y se me ha venido una sonrisa a la cara.
Si a veces los hombres somos graciosos, ¿no?
Me alegro de haberte sacado una sonrisa. Ya valió para algo escribir.
Besos
Acabo de ler o teu post do camiño de Santiago, gustoume moito. Eu vivo nun pobiño a 12 km. de Santiago, é un sitio bonito e estou contenta. Chegaches a Santiago? os ultimos 100 km merecen moito a pena...é o único que fixen eu. Quedei con ganas de seguir a historia do camiño...
bon, o que te dixen de loquinho por suposto é broma, ehhh! que como non me coñeces...
bicos fortes, a ver se me lembro e sigo lendo o teu blog.
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