Le estoy encontrando el gusto a esto de ser yo, de ser como soy, de una manera serena y seria, y a la vez humorística. No me tomo tan en serio aunque parece que sí, pero no sé, estoy más sereno. Me ha sentado bien el fin de semana - aunque mientras el finde mismo, no lo tenía tan claro.
Puedo amar sin poseer, cosa que está bien, y también no reprocharme las cosas, o menos. También poder simplemente disfrutar de estar y de la contemplación. Y de estar en mi cuerpo.
Eso me gusta porque me hace ver más claras las cosas que quiero de verdad, y aunque es complicado al menos voy para allá. También me encuentro con más confianza, sin tirar las campanas al vuelo ni mucho menos, pero al menos no me obligo a hacer esto o aquello, no me lo echo en cara el no haber estado a la altura.
O bien me veo haciendo esto o lo otro por la sensación de mimetismo con éste o aquél y luego me hace gracia - no me martirizo.
Y nada, estoy pensando más ahora que en todo el día. He tenido una charla muy gratificante con mi compañera de piso... nada profundo, pero creo que somos muy parecidos de carácter. Y siendo que los dos somos difíciles de entender, yo sin embargo siento que la entiendo al menos hasta donde quiero entenderla, y que ella me entiende a mi (que eso sí que me cuesta de sentir...). O al menos si no nos entendemos, nos respetamos el no entendernos y nos parece tan ricamente. Qué convivencia tan buena, oye.
PD Ah sí, estoy muy perezoso por las mañanas, mucho mucho. Y oye, tampoco me importa tanto.
lunes, 2 de noviembre de 2009
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