No haya culpa en tu tristeza
en la ciudad que atenaza
el alma hermana y sincera
de su hermana y compañera.
No te creas el discurso
cuando estés perdida y sola
de las miradas esquivas
de los humanos farola.
Mira hacia el cielo y respira,
que no hay juicio más divino
que el que tú quieras que sea
el que guíe tu destino.
lunes, 20 de mayo de 2013
No haya culpa en tu tristeza
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