Hola,
ya sé que os tengo un poco abandonados, fieles lectores de esta esquina de mi alma, algunas veces más concurrida que otras, y últimamente paisaje en barbecho esperando la nueva temporada para ver si la tierra ya está preparada para sembrar la nueva semilla. Y no, no es que me esté planteando ser padre.
Acabo de ver esta película que os recomiendo. Está puesta en partes en youtube, así que sólo hay que seguir el número del siguiente capítulo. Las actuaciones son mejorables en general, y los diálogos también, pero aparte del valor artístico, es una película que vale la pena ver para los interesados en la cura por la palabra o sus posteriores derivaciones, una de las cuales es la terapia gestalt. Salen Breuer (el que puso la semilla para los famosos trabajos sobre la histeria) y Nietzsche, en una curiosa relación terapéutica doble. Freud asoma la nariz cual Pepito Grillo. Menuda fauna la de los psicólogos de principios de siglo, échatelos a la cara.
Empiezo a trabajar dentro de una semana. Después de casi un año de no ejercer, espero recordar cómo se hacía. Consultaré si el código todavía se escribe de izquierda a derecha, como solía hacerse en mi era.
Y estoy paseando por los reinos de la soledad, que son bastante oscuros y en los que todavía la luz me ciega. Los destellos son todavía poderosos y mis ojos de topo quieren cerrarse y volver a la madriguera.
"Desde este punto ya no hay vuelta atrás", me dijo el terapeuta en el taller anterior. Da miedo, y también deseo, pero también miedo... y por ahora, estoy un poco aturdido con los últimos cambios y los que van a venir.
lunes, 29 de noviembre de 2010
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